A vueltas con la Iglesia
Agradezco a los obispos su transparencia y desparpajo al manifestar su inquina contra el principio de igualdad ante la ley, proclamado en el artículo 14 de la Constitución, que, 26 años después de entrar en vigor, se va a empezar a cumplir en relación con las uniones sentimentales de los hombres y mujeres homosexuales; es decir, de cuatro millones de españoles, según las estadísticas.
Bien está que nos recuerden continuamente que cojean del pie de la homofobia y la intolerancia hacia la diversidad afectiva y sexual de los ciudadanos. Gracias a ellos cada vez tenemos más motivos para defender que el Estado sea completamente laico, que se prohiba la enseñanza religiosa (de cualquier confesión) en la escuela, que las bodas de los herederos a jefe del Estado sean civiles, y que desaparezca de una vez la infausta casilla de la declaración de la renta que convierte al Ministerio de Hacienda en tesorero oficial de la Iglesia católica, cuando deberían ser las parroquias las que recaudaran el dinero de sus fieles.
Por otro lado, creo que las notas de prensa que difunde la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales deberían ocupar el mismo espacio y merecer el mismo tono que los ataques de la Iglesia; y así, por ejemplo, veríamos en las portadas: "La FELGT recrimina al Papa por la homofobia milenaria de la Iglesia"; o bien, "la FELGT exige a los obispos que condenen a los curas pederastas".
