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Reportaje:

Maragall responde

El presidente de la Generalitat se estrena, en un programa de TV-3, contestando a las inquietudes de la ciudadania catalana

No fue una entrevista al uso. Ni mucho menos complaciente. Pasqual Maragall ni conocía las preguntas que se le formularían -contrariamente a lo denunciado por CiU- ni a las personas invitadas que le interrogaron ayer en directo en TV-3 -en horario nocturno de máxima audiencia- durante algo más de 70 minutos. Los shares de hoy demostrarán si el nuevo formato de entrevistas al presidente de la Generalitat, ideado por el jefe de informativos, Jaume Masdeu, ha dado mejor resultado que el típico esquema de entrevistador-entrevistado que regía en los tiempos de Jordi Pujol.

El formato no es original. Masdeu se ha inspirado en la BBC británica que, cuando la actualidad lo requiere, somete al primer ministro, Tony Blair, a un interrogatorio similar comandado por el periodista estrella Jeremy Paxman. Durante la guerra de Irak, la BBC invitó a una treintena de personas contrarias todas ellas a la intervención militar. Ayer, Masdeu optó por convocar a personas representativas de la sociedad civil y a ciudadanos afectados en cuatro grandes temas: sanidad, educación, vivienda e inmigración.

Maragall respondió -a veces esquivando la respuesta directa- 16 preguntas del público y otras tantas de Masdeu. Y por la variedad y contenido del interrogatorio, que en alguna ocasión derivó en un vivo debate, los invitados evidenciaron ser poco afines al tripartito. Especialmente crítico se mostró Jaume Camí, presidente de la Confederación de Centros Autónomos de Enseñanza, que hizo una defensa a ultranza de la escuela privada, y Begoña Sánchez, portavoz de SOS Racismo, que no consiguió arrancar de Maragall un compromiso para igualar los derechos de los inmigrantes.

Menos suerte tuvo Celia Yucla, una ciudadana peruana, irregular en España, que fue al plató acompañada por los ancianos que cuida. Yucla preguntó al presidente qué debía hacer para sortear el "vía crucis" que supone conseguir papeles. Maragall se parapetó en la reciente medida para agilizar la renovación de los permisos de residencia y en una taxativa frase: "No puede haber papeles para todos. Hay que solucionar el problema en origen".

Jaume Masdeu fue contundente en las preguntas, quizá obligado por la polémica suscitada, con el fin de no pecar de condescendiente con el presidente, a quien interrumpió en numerosas ocasiones. Y para lanzar preguntas que podían resultar incómodas utilizó, como salvaguarda, los argumentos de la oposición convergente, circunstancia que Maragall supo sortear: "No sé de dónde le viene a CiU tanta devoción por el Estatuto o el concierto económico. ¿Por qué no lo pedían cuando tenían la sartén por el mango?".

La actualidad informativa fue de obligada referencia. Jaume Masdeu insistió sobre la reunión mantenida por la mañana entre Maragall y José Luis Rodríguez Zapatero, en especial por las supuestas contradicciones entre los gobiernos central y catalán.

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Para el presidente catalán no hubo contradicciones. Tampoco desveló si los ciudadanos tendrán que pagar el euro sanitario. Ni tampoco cuándo habrá acuerdo de financiación o si finalmente Marta Serrat, una aparejadora, podrá comprarse un piso en Barcelona, adecuado a su economía, y abandonar el de Manresa.

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