Intxaurraga propone convertir la 'Y' ferroviaria en una 'X' para enlazar con Pamplona y salir al Mediterráneo
El consejero de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Sabin Intxaurraga (EA), añadió ayer un nuevo elemento de discusión a los proyectos ferroviarios vascos, al proponer una extensión del trazado de la Y hasta Pamplona, "lo que la convertiría en una X", según sus propias palabras.
Es la tercera postura que se expresa en el seno del Gobierno, ya que el socio menor del Ejecutivo, Ezker Batua, discrepa del proyecto oficial, que apoya a su vez el PNV, y plantea un trazado en forma de U. Intxaurraga, que lanzó su propuesta durante la presentación de un coche de motor híbrido, de gasolina y eléctrico, tachó de "estériles" tanto los debates sobre si el trazado tendrá forma de Y, de U "o cualquier otra letra" o si circulará en alta velocidad o en velocidad alta: la orografía vasca, dijo, no admite la primera opción.
"No estoy replanteando la Y", aclaró el consejero de EA, consciente de que hablaba sobre un tema que no le compete y es responsabilidad de otro departamento, el de Transportes, que dirige Álvaro Amann (PNV). La apuesta de Intxaurraga pasaría por hacer la salida ferroviaria de la comunidad autónoma por la capital navarra, mientras el Ministerio de Fomento plantea un corredor Cantábrico-Mediterráneo desde Vitoria, vía Logroño, hacia Teruel y Valencia.
Lo que lleva a Intxaurraga a promover esta nueva solución es su convencimiento de que "hace falta conectar con Pamplona". Y ello, "desde el punto de vista vasco", dijo, por razones de "cohesión territorial" y para facilitar una conexión con los puertos de Bilbao y Pasajes a las "instalaciones logísticas e industriales de primer orden" de Pamplona. Está además, añadió, la necesidad de conectar Euskadi "con el eje mediterráneo".
Las soluciones a una necesidad aceptada por todos, dentro del esquema de la España transversal, en terminología maragaliana, pueden diverger en este punto: el ministerio parece preferir Logroño, mientras el nacionalismo vasco, al menos ése parece el camino que señala Intxaurraga, puede ver una ocasión de oro para fortalecer la relación Euskadi-Navarra.
