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'L'Estatut és de tothom. Parla'

"L'Estatut és de tothom. Parla" es el lema de la campaña con la que el Gobierno de Cataluña pretende implicar a la ciudadanía en el proceso de reforma del Estatut. Esta campaña se enmarca dentro de un conjunto de iniciativas destinadas tanto a explicar el porqué y el cómo de la reforma estatutaria como a canalizar las demandas y las expectativas de la ciudadanía.

En primer lugar, me gustaría aclarar que la vertiente publicitaria de la campaña es sólo un ingrediente que nos ayuda a situar el Estatut en la agenda del debate público. Para facilitar un debate razonado e informado complementamos la campaña comunicativa con un ciclo de charlas y conferencias en el territorio, con la edición de materiales didácticos sobre el Estatut, con ofertas de soporte técnico a aquellas entidades que lo precisen, o con demandas de colaboración a universidades y escuelas.

Por otra parte, hemos establecido instrumentos de comunicación desde los ciudadanos hacia el Gobierno para canalizar las voces de la ciudadanía. Con la sociedad civil organizada hemos establecido unos pactos, a través de los cuales ofrecemos soporte técnico y material a cambio de que inicien procesos internos de reflexión y debate que culminen en conclusiones pensadas y razonadas. También estamos organizando jornadas temáticas donde discutir con expertos e interesados asuntos cruciales para el nuevo Estatut, como la inmigración, las nuevas tecnologías, la sociedad del conocimiento y el medio ambiente.

Con los ciudadanos, a título individual, nos comunicamos a través de una página web, de conferencias y reuniones en todo el territorio y de una dirección postal. En cada uno de estos canales, proponemos un esquema con los grandes temas de debate. Algo más original es nuestra propuesta de teatro participativo, el Festatut. Esta iniciativa, lejos de cualquier frivolidad, supone un intento tanto de acercarnos a los ciudadanos, a través de un lenguaje que les facilite expresarse, como de recuperar la capacidad de compromiso y de diálogo que históricamente han ofrecido las diferentes formas de expresión artística.

En segundo lugar, quizá la duda de mayor calibre que ha generado la campaña es aquella que nos recuerda que pedir a la gente que hable puede resultar un desastre si no somos capaces de escuchar y de responder. Con este objetivo hemos asumido dos compromisos: convertir en informes todo aquello que nos digan los ciudadanos (escuchar y trabajar sus opiniones) y trasladar estos informes tanto a la ponencia parlamentaria como a la propia ciudadanía. Se trata de hacer útiles las propuestas de la gente, enviándolas a los redactores del nuevo Estatut, y de mostrar a la ciudadanía que no únicamente la hemos escuchado sino que además hemos tomado nota de lo que nos ha dicho.

La campaña que hemos lanzado es peligrosa, lo sabemos. Está plagada de críticas y de interrogantes, pero somos lo suficientemente animosos como para dar los primeros pasos y para escuchar y aprender de unas críticas y unos interrogantes que sin duda nos son de mucha utilidad.

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Frente a estas dificultades, también tenemos ya recompensas, objetivas y subjetivas. Objetivamente, los ciudadanos se han volcado en nuestra oferta de debate electrónico: en los primeros 10 días, la página web había recibido más de 20.000 visitas, el foro abierto de debate contaba con unas 1.100 intervenciones, mientras que el espacio dedicado a formularnos preguntas o propuestas concretas había sido utilizado por 500 personas. Subjetivamente, nuestro esfuerzo por recorrer el territorio y debatir con la gente, sin cámaras ni cartón, está resultando una experiencia muy gratificante, tanto por los contenidos de estos encuentros como por el agradecimiento que manifiestan los ciudadanos cuando se les dice que tienen derecho a saber lo que pretende hacer su Gobierno y a opinar al respecto. También la respuesta de la sociedad civil organizada ha sido entusiasta. Es esta combinación de críticas y recompensas la que nutre nuestra convicción de continuar apostando y trabajando por una forma diferente de gobernar y hacer política.

Quim Brugué es director general de Participació Ciutadana de la Generalitat de Cataluña.

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