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Crisis en la Fundación Bartolomé March por el destino y titularidad de un cuadro de Goya

La titularidad y destino de un importante retrato de Goya, La Duquesa de Osuna, desencadenó ayer una grave crisis de carácter familiar en el seno de la Fundación Bartolomé March Servera. Dos patronos, las hermanas Marita y Leonor March Cencillo, anunciaron la destitución del presidente, su hermano Manolo March Cencillo, y del director general, Basilio Baltasar, quienes a su vez denuncian que la situación del cuadro -la mejor pieza del legado- es un "grave problema" por el "peligro" que supone para el patrimonio de la fundación.

Los rectores de la institución privada creada por el hijo segundo de Juan March habían presentado una demanda judicial contra Marita March para que entregara el citado goya -además de un tríptico medieval y una tela de la escuela alemana de 1500- para exhibirlos en el Palau March de Palma. Las divergencias internas ya estallaron cuando se liquidaron hace cuatro años los derechos de herencia del mecenas fundador. Marita March -que anuncia que es la nueva presidenta de la fundación- se desmarcó en el último momento del pacto familiar para la liquidación de los bienes reales mediante la donación de obras patrimoniales a Hacienda. Fruto de la desavenencia fueron los casi 12 millones de euros que se tuvieron que pagar en impuestos.

El Gobierno de Baleares, que tiene la tutela y el protectorado de las fundaciones, será requerido por Manolo March y su madre, Maritín Cencillo, para que intervenga la Fundación Bartolomé March. El principal patrimonio de esta institución son el palacio y la biblioteca de Palma y la mansión y jardines de Cala Ratjada, con grandes de esculturas, libros antiguos y de arte. Recientemente se depositaron en la sede de Palma los fondos bibliográficos de Medinaceli, la mayor colección privada de España. En abril de 2003 la fundación fue reactivada tras una inversión de más de cinco millones de euros.

Baltasar manifestó anoche su voluntad de no abandonar su puesto porque, con Manolo March, sostiene que la decisión adoptada por la otra parte es ilegal y se ejecutó en ausencia del presidente y vicepresidente, principales patronos interesados. "Mi obligación como director general es defender el patrimonio fundacional, la voluntad del mecenas y la gestión del centro", señaló.

En un extenso documento de réplica a las 10 líneas en las que se dio parte del "golpe" interno, Manolo March acusa a su hermana Marita de retener "en su posesión valiosos bienes que la fundación estima son de su propiedad por expreso deseo del fundador". Al efectuar el inventario de la misma para su entrega al Gobierno balear, Marita fue "requerida para que devolviera estas valiosas piezas patrimoniales" y se "puso en conocimiento del Gobierno balear el grave problema por el peligro en que a su juicio se encontraba su patrimonio". Después, el asunto pasó a manos de los juzgados.

Una de las primeras decisiones de la "nueva" junta fue rechazar la inclusión del goya en el inventario. Desde hace meses, especialistas del Consell de Mallorca indagan la ubicación del cuadro para proceder a su catalogación oficial. "El Gobierno balear fue avisado, no ejerció su función de protectorado e hizo caso omiso de todos los avisos que se le hacían", agregó Baltasar.

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