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C. J. Hunter ayuda a los investigadores que siguen a su ex mujer, Marion Jones

Hace cuatro años, cuando en mitad de los Juegos Olímpicos de Sydney el lanzador de peso C. J. Hunter fue sancionado por un positivo con nandrolona, su entonces esposa, la atleta Marion Jones, la velocista reina de los Juegos, le mostró su apoyo absoluto. Pasado el tiempo la situación se ha tornado, ahora es Marion Jones -quien entretanto se divorció de Hunter y se emparejó con otro sprinter, Tim Montgomery, con quien ha tenido un hijo- quien está en el punto de mira de las autoridades norteamericanas por supuesto dopaje, y Hunter no parece tener ganas de apoyarla.

Eso se desprende de la información hecha pública ayer por la abogado de Hunter, quien indica que su protegido está colaborando activamente con las autoridades norteamericanas que intentan demostrar que Marion Jones está implicada en la trama Balco. Según fuentes de la investigación, Hunter, que fue suspendido dos años y se retiró del atletismo, podría aclarar si las anotaciones encontradas en un calendario de Jones son indicaciones de tomas de anabolizantes y diversas prescripciones de productos prohibidos. También el testimonio de Hunter puede ser clave para aclarar el misterio del cheque de 7.350 dólares cargado en la cuenta de Jones a favor de Victor Conte, propietario de los laboratorios Balco, en 2000.

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