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Reportaje:FÚTBOL | Eurocopa 2004

Ni Baia ni Titov ni Giuly...

Descartes, sanciones o lesiones deparan muchas ausencias notables

Unos se echarán más de menos que otros. No es igual Maldini que Jorge Costa. Ni Roberto Baggio que Rio Ferdinand. Cierto. Pero todos han tenido o tendrán un peso considerable en sus selecciones. Sus ausencias se deben a causas diversas: desde los polémicos descartes de los seleccionadores (Mista, en España, o Vítor Baía, en Portugal) hasta renuncias voluntarias (Maldini en Italia), dopaje (Titov, en Rusia), sanciones (Cissé, en Francia) y, por supuesto, lesiones (Giuly, también en Francia).

Apenas dos semanas después de proclamarse campeón de Europa con el Oporto, Vítor Baía tendrá que ver el torneo desde la grada o ante el televisor. No está entre los tres porteros del técnico del cuadro luso, el brasileño Luiz Felipe Scolari, que ha preferido a Ricardo (Sporting de Lisboa), Quim (Braga) y Moreira (Benfica). Ello ha desatado todo tipo de interpretaciones en la prensa nacional. Ayer mismo, un editorial del Jornal de Notícias firmado por Paulo Felizes insinuó que el proscrito Baía podría ser una víctima de la guerra de marcas publicitarias a la que estaría sometido Scolari.

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No es la única baja del Oporto. El central Jorge Costa se adelantó a decir adiós tras el Mundial de 2002. Pero Scolari no le ha insistido para que volviese. Entre otras razones, porque ya tiene a Andrade y Couto y se permitirá el lujo de dejar en el banquillo a Carvalho, el defensa europeo de moda.

La renuncia de Maldini sí ha causado un profundo vacío en el conjunto italiano. Hasta el último día su responsable, Giovanni Trapattoni, ha tratado de que cambiara de opinión. Sin éxito. Trap, en cambio, ha descartado a otros dos clásicos: el genial Roberto Baggio, que quería despedirse a sus 37 años en una gran competición, y el depredador Inzaghi, incapaz de recuperar la forma perdida.

Francia navega en la abundancia de delanteros y quizá por ello ha minimizado dos bajas significativas: la del mágico Giuly, del Mónaco, que se lastimó en la final de la Champions, ante el Oporto, y no se ha recobrado, y la del poderoso Djibril Cissé, castigado con cuatro partidos tras agredir al luso Míguel García en una cita del Europeo sub 21.

Peor es el caso del centrocampista ruso Titov, suspendido durante 12 meses de todas las competiciones de la UEFA por dar positivo en un control antidopaje. Precisamente por negarse a pasar uno está sancionado el central inglés Ferdinand. Al seleccionador del grupo británico, el sueco Sven Goran Eriksson, se le acumulan los problemas en la defensa: Woodgate y Southgate están lesionados.

Los aficionados deseosos de descubrir nuevos talentos se quedarán con las ganas de ver en acción al volante alemán Freier, el rey de las asistencias en la Bundesliga, lastimado en un amistoso contra Malta, y a la estrella emergente de Suiza, el delantero Streller, también lesionado.

Parecida suerte han corrido algunos de los mejores jugadores europeos, pero nacidos en un lugar equivocado a estos efectos. Ahí está Shevchenko, de vacaciones. El máximo goleador de la Liga italiana, con el Milan, ha sido víctima del desmembramiento de la URSS. Tentado y asediado por Rusia, prefirió jugar por Ucrania y nunca ha disputado una Eurocopa ni un Mundial. Otros grandes ausentes son Giggs (Gales), Roy Keane (Irlanda), Mutu (Rumania) y Bastürk y Emre (Turquía).

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