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Los empresarios de hoteles rurales advierten de que la oferta crece muy por encima de la demanda

Ginés Donaire

Los empresarios de hoteles rurales de Andalucía han advertido un descenso en la ocupación turística de la comunidad de en torno al 10%, un retroceso que achacan a la influencia del 11-M en los mercados internacionales pero, sobre todo, al constante aumento de la oferta hotelera, que crece muy por encima de la demanda existente.

En el transcurso de la asamblea general de la Asociación de Hoteles Rurales de Andalucía (AHRA), celebrada en el Centro Andaluz de Formación Integral de Hostelería y Turismo de Interior La Laguna, de Baeza (Jaén), los empresarios se quejaron de la discriminación que sufren en la nueva Ley de Turismo de Andalucía y reclamaron más ayudas a la Administración.

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La AHRA agrupa a 70 establecimientos con una capacidad de más de 3.000 camas en las ocho provincias andaluzas (cerca del 40% de toda oferta de ese sector en Andalucía) y genera casi 1.000 empleos. Su presidente, José Gómez Ávila, señaló que el turismo rural "es un sector emergente y de mucho futuro en Andalucía", aunque lamentó que eso no se traduzca en el aumento de la ocupación media.

Para Gómez Ávila, propietario de un hotel rural en Ojén (Málaga), la oferta hotelera aumenta cada año a un ritmo de entre el 15% y el 20%, muy por encima de lo que lo hace la demanda. "Es algo exagerado", subrayó el empresario malagueño, para quien los grandes beneficiarios de esa situación son los clientes por la gran competitividad. A su juicio, será el propio mercado el que corrija esa situación "manteniendo sólo como viables a los hoteles que apuesten por la calidad".

Los dueños de hoteles rurales resaltaron la contribución que hacen al desarrollo de la economía en pequeños pueblos andaluces. "La mayoría somos empresas de tipo familiar a las que nos hacen falta más ayudas oficiales", manifestó José Gómez, para quien el segmento del turismo rural "es el gran olvidado" de la Administración. En su opinión, la reciente Ley de Turismo de Andalucía "discrimina un poco a los pequeños hoteles", sobre todo con la exigencia de acreditar un mínimo de 20 plazas. Los empresarios entienden que esa cantidad resulta inviable en muchas zonas rurales del interior de Andalucía.

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Con todo, la AHRA atrajo el último año casi 40.000 estancias en sus establecimientos, la mitad de ellas de turistas extranjeros. A esa alta afluencia contribuyó el llamado bono rural, creado por estos empresarios y que permite la estancia de dos personas en un hotel incluido en la asociación a un precio medio de 50 euros.

Los empresarios agrupados en la AHRA firmaron un convenio para que los alumnos del Centro Andaluz de Formación Integral en Hostelería y Turismo de Interior La Laguna de Baeza realicen prácticas en sus establecimientos. Para José Gómez Ávila, a diferencia de los grandes hoteles de la costa, los alojamientos rurales ofrecen a los clientes "un trato más personalizado, una gastronomía autóctona del interior de Andalucía y más oferta de turismo complementario".

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