Una carrera de obstáculos en silla de ruedas
La concejal Carmen Sánchez-Carazo (PSOE) y nueve discapacitados comprobaron ayer las barreras de la capital
Un paseo tan agradable y cultural como es el de ir desde el Ministerio de Agricultura -frente a la estación de Atocha- hasta el Museo del Prado a lo largo del paseo del mismo nombre, se convierte en una carrera de obstáculos si quien lo hace es una persona discapacitada.
Carmen Sánchez-Carazo, concejal socialista responsable de Salud y Discapacidad en el Ayuntamiento de Madrid, quiso demostrar ayer que, después de un año de gestión del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), "no se ha hecho ningún progreso en la eliminación de barreras arquitectónicas".
Sánchez-Carazo hizo ayer este recorrido por el centro madrileño en compañía de nueve niños y jóvenes discapacitados, todos en sus sillas de ruedas. Los problemas de los paseantes fueron continuos.
Incluso por la acera del paseo del Prado, bordeando el Jardín Botánico, "hay escalones. Porque íbamos con sillas de ruedas manuales, si hubieran sido eléctricas hubiéramos tenido que ir por el carril-bus", comentó Alicia Villalba, coordinadora de voluntariado de la Fundación Minusválidos en la Naturaleza. A esta asociación pertenecen los nueve discapacitados que acompañaron a la concejal.
"La ONCE y el Imserso pusieron 600.000 euros para que Madrid tuviera 50 taxis más adaptados para minusválidos [ahora hay 18]. Éstos no están circulando porque el Consistorio no ha formalizado las licencias. Sólo el 1% de los trabajadores del Ayuntamiento son discapacitados, cuando la ley exige un 5%. Y siguen concediendo licencias a locales con barreras arquitectónicas. Éste es el balance de un año de Ruiz-Gallardón en políticas de integración de discapacitados", señala Sánchez-Carazo.