La gaitera Susana Seivane renueva sus ancestros gallegos en su nuevo disco 'Mares de tempo'
Suena a cuento de hadas, pero es cierto. La niña Susana Seivane tenía tanto afán en tocar la gaita que, a los cuatro años, su abuelo y su padre tuvieron que construirle una a medida. Aquella intérprete precoz hoy suma 27 primaveras y ha aprovechado bien el tiempo: el estreno de Mares de tempo constituye ya su tercera entrega discográfica. La gaitera acentúa en este álbum su "empeño de hacer música de antes para la gente de ahora". Tras las calurosas acogidas que obtuvieron Susana Seivane (1999) y Alma de buxo (2001), este nuevo disco se propone "oler a la Galicia ancestral desde la perspectiva de una persona joven". Y con esa vocación nacieron 12 piezas, reinterpretadas desde la perspectiva de una muchacha que luce un coqueto piercing en la barbilla.
Los ojos azules de Susana han conquistado portadas en toda la prensa internacional especializada, justo cuando un cierto fatalismo parece instalarse en el mercado folclórico peninsular. "Cuando se oye pronunciar tanto la palabra crisis, debe de haber algo de cierto", anota Seivane, "pero nuestra tradición es lo bastante sólida como para superar cualquier bache". Y revela: "Ahora me muevo entre los 30 y 40 conciertos anuales, frente a los 75 del año 2000".
Mares de tempo aporta algunas colaboraciones distinguidas -las flautas de Javier Paxariño, el arpa de Rodrigo Romaní o el violín de Xavier Cedrón- y la sustanciosa novedad de que Susana canta hasta cinco piezas vocales. "Ha sido una determinación gradual", admite. "Mi primer disco era instrumental, y en Alma de buxo me atreví con una sola canción. Se trata de un proceso lógico en un contexto de música tradicional, donde la voz es el elemento de transmisión por excelencia. Pero soy, ante todo, gaitera: si en un recital interpreto más de tres canciones, se me reseca la garganta".
Pese a que los tiempos vienen complicados, Susana contempla el futuro con prudente optimismo. Ha editado Mares de tempo en una caja con un DVD adicional de casi una hora de duración; ha constituido su propia oficina de contratación y en julio se la espera como cabeza de cartel en el Festival de Ortigueira (A Coruña).
