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La paz con Pakistán centrará el trabajo del nuevo Gobierno indio

Manmohan Singh se compromete a impulsar la convivencia pacífica

Manmohan Singh, el próximo primer ministro indio, declaró que su Gobierno buscará el modo de resolver los problemas que han sido una fuente de fricción con Pakistán y continuará el proceso de paz con el país vecino, considerado hasta hace poco como el principal enemigo nuclear. "¿Quién hubiese pensado que el muro de Berlín iba a caer? Si cosas imposibles como ésta suceden, por qué no en nuestro caso?", declaró en rueda de prensa.

El anterior Gobierno, liderado por Atal Bihari Vajpayee, puso en marcha el año pasado, junto con el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, una serie de medidas de distensión entre los dos países, como la puesta en marcha de un autobús a través de la frontera o la organización de un torneo de cricket entre las dos selecciones nacionales. Aunque el partido de Sonia Gandhi, vencedor en las recientes elecciones generales, apoyó desde el principio el acercamiento hacia Pakistán, la declaración de Singh ha confirmado esta tendencia.

Desde Pakistán se da la bienvenida al gesto encaminado a normalizar las relaciones. Un portavoz del Ministerio de Exteriores dijo que "ningún problema es intratable si hay una voluntad de trabajar hacia soluciones justas y duraderas". Ambos países retomarán las conversaciones en la capital paquistaní a finales de este mes. Los dos Gobiernos siguen sin ponerse de acuerdo sobre la soberanía de la región fronteriza de Cachemira, donde ayer murieron nueve personas por un atentado con bomba supuestamente realizado por separatistas musulmanes.

El que será el primer sij que gobernará India también tuvo esperanzadoras palabras para llamar a la convivencia armónica de comunidades y religiones. Singh se refirió a las sangrientas revueltas en la ciudad de Ayodhya, en donde integristas hindúes destrozaron una mezquita del siglo XVI, lo que originó miles de muertos y una serie de incidentes a lo largo de la última década que culminaron en la matanza de Gujarat. "Somos la civilización más tolerante y no podemos dividir a la gente por su religión o su raza", recalcó Singh, prometiendo que nunca permitirá que suceda un episodio similar y que su Gobierno se esforzará en crear un ambiente pacífico que ayude al desarrollo. En India, el hinduismo mayoritario convive con el islamismo, el budismo, el cristianismo o el jainismo, no siempre de forma pacífica. La minoría sij, a la cual pertenece el primer ministro, fue también víctima de una masacre en 1984, tras el asesinato de Indira Gandhi por parte de sus guardaespaldas sijs.

Manmohan Singh también especificó parte de su política económica referente a la privatización de empresas públicas, algo a lo que sus aliados comunistas se muestran reacios. El antiguo profesor de Economía de la Universidad de Delhi y ex ministro de Finanzas aclaró que los bancos estatales no se privatizarán y que empresas estratégicas, como de petróleo o de gas, continuarán siendo públicas.

Singh, que previsiblemente jurará el cargo de primer ministro mañana, sábado, se mostró convencido de que su Gobierno, la Alianza de Unidad Progresista -una coalición laica apoyada por 18 partidos-, cumplirá el mandato de 5 años.

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El próximo primer ministro indio, Manmohan Singh (segundo por la derecha), recibe el apoyo de sus seguidores.
El próximo primer ministro indio, Manmohan Singh (segundo por la derecha), recibe el apoyo de sus seguidores.AP

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