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Reportaje:

La otra cara de la moneda

La nueva Unión Europea supone también riesgos de desinversión y desvío de fondos

La ampliación de la UE hacia el Este con 10 nuevos países, a los que es de esperar que se unan posteriormente Rumania y Bulgaria, así como los balcánicos e incluso Turquía, es un arma de doble filo para los intereses empresariales españoles. Las nuevas posibilidades comerciales y de inversión vienen acompañadas de deslocalizaciones industriales y pérdida de fondos comunitarios.

Un 5,5% de las empresas españolas tiene intención de invertir en los países de la ampliación y un 7,8% aumentará sus recursos para potenciar sus ventas
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Las oportunidades que vienen del Este

Sólo un 5,5% de las empresas españolas tiene intención de invertir en los países de la ampliación europea y un 7,8% espera incrementar sus recursos para potenciar sus ventas en esta zona. Por otro lado, según un informe elaborado por las cámaras de comercio españolas, el 70% de las empresas comerciales cree que la ampliación no tendrá efectos directos en su negocio, pero son casi una de cada dos sociedades industriales las que consideran que se verán afectadas.

Consideradas en su totalidad, el 62% cree que la ampliación no tendrá consecuencias en su actividad y el 38% destaca el aumento de la demanda y el crecimiento de la mano de obra -inmigración legal- como efectos más destacados.

De cualquier manera, el 36% tiene previsto mejorar la calidad y el servicio de su empresa y el 31% aumentar su esfuerzo en innovación y la utilización de las nuevas tecnologías.

Para el responsable de relaciones internacionales de CEOE, José María Lacasa, la ampliación consolida la estabilidad y la seguridad en una zona donde España destina el 70% de sus exportaciones, pero hay que estar vigilantes para que el proceso de integración se realice con respecto estricto a los acuerdos de forma que no se debilite el mercado que se ha creado ni se ponga tampoco en peligro la unión económica y monetaria, por lo que vigilarán de cerca la aplicación estricta de los tratados y el uso, en su caso, de las cláusulas de salvaguardia.

Lacasa reconoce que la presencia española en los países de la ampliación está lejos de la que mantienen otros miembros de la Unión Europea y que hay que realizar los esfuerzos necesarios para aumentarla, entre los que destaca el incremento de las inversiones en investigación, desarrollo e innovación, mantener la estabilidad presupuestaria, mejorar la formación y potenciar el apoyo a la presencia internacional de las empresas españolas. Aunque "el grueso de los deberes tenemos que hacerlo nosotros, recomendaría a la Administración el refuerzo de las oficinas comerciales en estos países".

Exportar conocimiento

Por su parte, el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, José Manuel Fernández Norniella, considera que en estos momentos es un activo muy importante para España el haber pasado hace muy pocos años por el proceso en el que se encuentran actualmente estos países. Es una experiencia "próxima y trasladable" que incluso puede rentabilizarse con la exportación a esos mercados del conocimiento adquirido en la gestión tanto de los fondos estructurales y de cohesión como del resto de ayudas.

Las ventajas fiscales, de costes laborales, proximidad de mercados, etcétera... está provocando ya la deslocalización de algunas inversiones industriales en España que se desplazan hacia esos países, pero, según Fernández Norniella, "se trata más de una oportunidad que de un contratiempo". Es un reto importante que hay que asumir. ya que "todavía quedan nichos de mercado que se pueden ocupar por las empresas españolas.

Eso sí, para el responsable del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, se trata de "la última oportunidad".

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