_
_
_
_
_
FÚTBOL | 33ª jornada de Liga

Aragoneses: "Se te queda cara de imbécil cuando pierdes así"

Un entrenador plantea el partido con una estrategia muy definida, durante la semana lanza mensajes acorde con ella, sorprende con una alineación nada habitual, y, a las primeras de cambio, todo se va al garete. Esto es lo que le pasó ayer a Gregorio Manzano, técnico atlético, condenado a jugar el primer tiempo con los papeles del revés por el error de uno de sus protegidos, Aragoneses.

Manzano había dicho que le valía el empate, y de acuerdo con este planteamiento prefirió sustituir al lesionado Torres por un centrocampista, Gabi, y no por Arizmendi o Nikolaidis. La idea era resguardar el centro del campo y lanzar pelotazos arriba, o pases largos según De los Santos, para desgastar al cansado Madrid y aprovechar su debilidad por alto.

Más información
La noche de los antihéroes

Sin embargo, fue el portero local quien dio los mayores síntomas de debilidad al dejar descubierto su palo en la primera internada del Madrid, regalo que no desaprovechó Solari. "El primer gol ha sido fallo mío y lo asumo como tal", explicaba el portero, "hecho polvo" tras el encuentro.

Este mal comienzo pudo con Aragoneses, polémico relevo de Juanma y del defenestrado Burgos tras llegar en invierno del Getafe. Muy nervioso durante la primera parte, entró en estado de pánico cada vez que le tocó ordenar una barrera, y estuvo cerca de permitir que un lejano disparo de Roberto Carlos se colase por el mismo sitio que el de Solari.

Además, el error del portero atlético tuvo una víctima involuntaria, el joven Gabi, quien con el rol cambiado contempló como a la media hora Nikolaidis y Arizmendi ya calentaban. Algo atenazado por el ambiente, Gabi se limitó a realizar con eficacia su labor de incómodo guardaespaldas de Beckham, pero apenas se incorporó al ataque y su sustitución en el descanso por Nikolaidis revolucionó el choque.

Fue saltar el griego al campo, arrancar desde el callejón del diez y el Madrid se vio con el partido empatado y uno menos. Demis, como luce su camiseta, fue la pesadilla blanca gracias a una movilidad que no se cansaba de agradecer Torres hasta que el griego desapareció de las alineaciones semanas atrás en otra decisión técnica.

Incluso Aragoneses se sumó al nuevo talante marcado por Nikolaidis ganándole un mano a mano a Zidane cuando el partido estaba desbocado. Pero no era la noche del portero rojiblanco. Molestado por Raúl al intentar despejar un saque de esquina lanzado por Beckham, Aragoneses dejó franca la pelota para que Helguera la empujase a la portería y alejase a su equipo de la ansiada Europa. "Es una falta clarísima, se te queda cara de imbécil", opinó Aragoneses. Paunovic también se sumó a la protesta: "Por favor que no le regalen la Liga así al Madrid".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_