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Entrevista:TROTAMUNDOS | ENRIQUE SIMÓN | PARA NIÑOS

Tuaregs y estrellas en el Sáhara

El rodaje de una película le regaló una aventura de 12.000 kilómetros por el desierto del Sáhara. Más de veinte años después, recuerda vivamente el espectáculo de las estrellas y el sonido sobrecogedor del silencio. Nada que ver con las risas del espectáculo 5gays.com, que coprotagoniza.

Máquina del tiempo en marcha. Volamos al rodaje de Sáhara.

Fue un rodaje itinerante. Entramos por el noroeste de Argelia e hicimos un recorrido que incluía el paso alrededor de ese mar de dunas que es el Erg occidental. Cruzamos el Sáhara de norte a sur en camiones y coches, y recuerdo haber pasado por un área mágica de yacimientos del paleolítico, con bajorrelieves impresionantes y hasta una cantera de puntas de flecha de sílex, de camino hacia Tamanraset.

Viajar por el desierto y perderse es todo uno. Al menos en el cine.

Sí, y salirse de la pista es peligrosísimo. Hay que ir con guía, y en algunos tramos nos encontramos elementos fin de viaje, es decir, restos de vehículos que llegaron y se quedaron para siempre. La verdad es que asustaban.

¿Algún otro sobresalto luctuoso en el camino?

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Desde luego. Una mañana salí a entrenarme y me topé con algo que resultó ser un pie momificado de alguien enterrado bajo la arena. En otra ocasión, mi compañero y yo volcamos con nuestro Land Rover. El resto del equipo no se dio cuenta y nos quedamos solos e incomunicados. Pasamos horas angustiosas hasta que logramos voltear el coche y seguir hacia el poblado tuareg donde estaban los demás.

¿Conoció a los tuaregs en su salsa?

Sí. Son nómadas que te acogen en su casa, que es el desierto, donde plantan una tela con cuatro palos. Las mujeres no llevan la cara tapada, y los niños son criaturas libres, con expresión de felicidad. Además son muy espirituales.

¿Qué aprendió en su aventura?

El desierto se parece mucho a alta mar. En sosiego o cuando se desencadena una tormenta de arena. Las estrellas allí rebotan contra el vacío y forman un anillo de luz bellísimo. Y tú te integras en la naturaleza y te haces uno con ella.

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