El PSE dice que es el PP quien tiene que ofrecer salidas para Álava
El máximo responsables alavés del PSE-EE, Javier Rojo, salió ayer al paso de las palabras del diputado general, Ramón Rabanera, que el martes atribuyó a los socialistas la llave del futuro de la Diputación foral y lo hizo sólo para devolverle la pelota, y depositar esa responsablidad en el PP.
Rojo puso especial interés en no desvelar ni un apunte sobre sus planes, ni en términos de intenciones ni de plazos, e insistió en que las iniciativas para buscar estabilidad es del partido que gobierna y no de la oposición. "Son [Ramón] Rabanera y [Alfonso] Alonso quienes reconocen que tienen grandes problemas", dijo.
El dirigente socialista sólo se comprometió a no jugar un papel desestabilizador, pero ni siquiera quiso aclarar si tras el 14-M sigue en pie la oferta-exigencia realizada por él mismo a Rabanera antes y después de las elecciones locales y forales de junio: gobernar juntos ambas instituciones, liderando cada partido una de ellas. Las palabras de Rojo de ayer, aunque no quiso ser explícito, apuntan más bien a lo contrario: "El escenario ha cambiado", dijo. Y remató: "A situaciones nuevas, soluciones nuevas".
El dirigente socialista insistió en que es el PP quien tiene que reconocer que su política y el mentor de ésta (en alusión a Jaime Mayor Oreja), han fracasado en Euskadi y Álava, y aseguró que los dirigentes locales del partido no sostienen las mismas posiciones que el ex ministro. A aquéllo les animó a modificar sus análisis. Y a Mayor, en tono molesto, le advirtió: "No le consiento que nos vuelva a preguntar sobre el plan Ibarretxe, porque hemos dicho un millón de veces que no estamos de acuerdo con él".