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La presidencia irlandesa de la UE reabre el debate de la Constitución con España

Ahern convoca a Zapatero para tratar sobre el proyecto antes de la cumbre del 25 de marzo

Carlos Yárnoz

Bertie Ahern, primer ministro irlandés y presidente de turno de la UE, "hablará por teléfono" antes de la cumbre europea de los días 25 y 26 con el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, para conocer "con más detalle" su posición sobre el proyecto de Constitución y evaluar la posibilidad de que los 25 reanuden las atascadas negociaciones sobre la Carta Magna, según fuentes oficiales irlandesas. Dirigentes del PSOE informaron de que la conversación se celebrará hoy. Las fuentes irlandesas añadieron que Ahern desea entrevistarse con Zapatero en Bruselas el 24.

Según los planes previstos, se verán un día antes de proponer o no esa reanudación, aprovechando la prevista asistencia del español a la reunión de líderes socialistas europeos. "Las circunstancias han cambiado tras las elecciones en España. El clima se presenta más positivo", señalaron las fuentes irlandesas.

El radical cambio consiste en que el PSOE acepta el sistema de doble mayoría (de Estados y de población) incluido en el proyecto constitucional para tomar decisiones en el Consejo de la UE, una fórmula rechazada hasta ahora por los Gobiernos de España y Polonia porque prefieren el complicado reparto de votos del polémico y vigente Tratado de Niza.

Ayer, los socialistas españoles José Borrell y Carlos Carnero, miembros de la Convención que redactó el proyecto constitucional, reiteraron (ver EL PAÍS de ayer) en Bruselas que el PSOE acepta el sistema de la doble mayoría y está dispuesto a negociar "teniendo como base el proyecto de la Convención".

Horas antes, en la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Eurocámara, Borrell y Carnero habían pedido al ex primer ministro irlandés John Bruton que trasladara a su Gobierno el deseo de los socialistas de reabrir las negociaciones. "Nuestra posición va a desbloquear, sin duda, la Conferencia Intergubernamental", comentó Borrell, porque "España cambia de rumbo y cambia su perspectiva europea".

Niza no vale

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Para los socialistas, Niza (que da a España 27 votos en el Consejo, sólo dos menos que Alemania) ya no es válido para gestionar una Europa ampliada que tendrá 25 Estados a partir del 1 de mayo. El PSOE aún no quiere poner todas las cartas sobre la mesa porque hay aspectos que "hay que negociar", como precisó el eurodiputado socialista Alejandro Cercas. Se refería así al hecho de que, aunque aceptan la doble mayoría, probablemente intentarán modificar los umbrales previstos en el proyecto de Constitución: las decisiones en el Consejo de la UE serán válidas cuando sean apoyadas por una mayoría de Estados (más del 50%) que representen al menos al 60% de la población de la UE.

Aunque los socialistas no dicen ahora nada oficialmente, siempre se han inclinado por modificar esos techos "con la intención de hacer más fácil la toma de decisiones y no los bloqueos, como quería Aznar", afirma Diego López Garrido, de la ejecutiva del PSOE. Alemania e Irlanda no ven mal la combinación 55%-55%, pero Francia la rechaza.

A la vez, el PSOE quiere recuperar alguno de los 14 escaños en la Eurocámara (hoy España cuenta con 64) que José María Aznar cedió en Niza a cambio de más votos en el Consejo. "La Constitución requiere sacrificios de los Estados", dijo Borrell, para añadir: "El peso de un país no se mide sólo por los votos en el Consejo. No es un buen negocio para un país mantener su posición aritmética, como el villano en su rincón, si pierde su posición política". "No se trata sólo de defender los intereses españoles porque los de España y los de Europa son los mismos", añadió Carnero.

Informe

El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, tiene que presentar en la cumbre de Bruselas un informe al resto de líderes europeos, con los que se ha entrevistado por separado durante estas semanas, para explicarles si se dan o no las condiciones adecuadas para que vuelva a reunirse la Conferencia Intergubernamental (CIG) encargada de negociar el texto constitucional que fue imposible cerrar en diciembre del año pasado por el rechazo de los Gobiernos de España y Polonia al nuevo reparto de poder incluido en el proyecto.

Falta por saber cuál será la reacción de Polonia, que ahora se queda aislada al romperse la alianza que mantenía con España. Portavoces polacos admiten el "desconcierto y preocupación" que les supone el vuelco electoral en España, pero repiten que las decisiones de su país "se toman en Varsovia, no en Madrid".

Por otro lado, los dirigentes socialistas sostienen que están dispuestos a abrir la posibilidad de que las regiones españolas estén representadas en ocasiones en el Consejo de la UE, una posibilidad negada siempre por el Gobierno del PP y que ya utilizan otros países, Bélgica entre ellos.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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