El puercoespín desertor

Lealtad y exclusiva son palabras cuyo valor está claramente a la baja. El Real Madrid debe soportar que Luis Enrique juegue en el eterno rival y el Barça se tuvo que tragar el sapo de ver a Figo vestido de blanco. Pero que Sonic, que se ve tan claramente que es el puerco espín azul, la mascota de Sega y principal culpable del liderazgo de la consola Megadrive cuando se lanzó en 1992, acabe protagonizando un videojuego para PlayStation 2, eso sí que rompe todos los esquemas. El vil metal es el responsable de estas deserciones. Sega ya no fabrica videoconsolas y debe conseguir explotar al máximo sus activos, y si para ello hay que enviar a Sonic, Tails y Knuckles a las tres plataformas de moda, PlayStation 2, Xbox y GameCube, pues se les viste de gala y a trabajar.

En su versión original Sonic era un título endiabladamente rápido. A ello contribuía que estaba realizado en dos dimensiones. De hecho, las tres dimensiones estaban aún en sus albores. El escenario se movía a tal velocidad que en determinados momentos era imposible ver por dónde pasaba el puercoespín. Este aspecto, junto con la pegadiza música y el sencillo sistema de protección de la vida mediante la recolección de anillos, le han convertido en un clásico.

En Sonic Heroes el jugador debe salvar de nuevo al mundo de las intenciones del Doctor Eggman. Asegura poseer un arma de destrucción masiva con la que someterá a la humanidad y al engreído de Sonic. La coletilla Heroes del título no es gratuita. Para terminar el juego hay que pasárselo con cuatro equipos formados por tres héroes cada uno. En el primero están Sonic y sus inseparables Tails y Knuckles. La novedad está en el trabajo en equipo. El usuario sólo controla a uno de los miembros, pero los otros dos le siguen a todas partes. Cuando requiere de una habilidad especial de otro personaje, basta con pulsar un botón y se toma el control sobre él. Así, el primer equipo puede desplazarse a toda velocidad gracias a Sonic, pelear fieramente mediante Knuckles y volar agarrándose a Tails.

Ésta no es la primera vez que la saga luce en tres dimensiones. Ya lo hizo en Sonic Adventures, primero en la consola Dreamcast y luego en GameCube. En esta ocasión, sin embargo, se intenta recuperar el ritmo vertiginoso del título original frente a un desarrollo más enfocado a la exploración que no acabó de gustar en Sonic Adventures. Los gráficos han mejorado mucho, pero no ponen al límite las capacidades de los procesadores de las nuevas consolas.

La combinación de velocidad Sónica con gráficos 3-D es algo peligrosa. Un movimiento lateral en falso con la palanca de control y Sonic acabará saliéndose de los famosos loopings para dar con sus añiles huesos en el agua. Con un poco de práctica estos errores pasarán a ser anecdóticos. Los buenos jugadores serán capaces de terminar las misiones en un tiempo récord, cambiando de personaje casi de forma instintiva y sin dejarse anillos a su paso.

El juego, que a quién más gustará es a los seguidores de la saga, ofrece varias opciones de rejugabilidad, es decir, que con el paso de las horas aparecen nuevas opciones y misiones a las que no se podía acceder al principio y que incitan a intentar terminarlo de nuevo con estos alicientes. Además, se incluye un modo multijugador en el que pueden participar hasta cuatro usuarios realizando carreras por los 14 niveles.

Sonic Heroes es el digno sucesor 3-D del Sonic original y no el experimento de Sonic Adventures, que aplastó todas las virtudes de juego rápido y trepidante. Quizás los programadores se podrían haber saltado la inclusión de equipos y tantos personajes porque Sonic tiene personalidad suficiente y características excelentes para llenar él solo un juego como éste.