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El acusado del triple crimen de Benifallim niega los hechos y alega que se inculpó presionado por la policía

Un complemento plateado de sus zapatos hizo sonar la alarma del detector de metales de la Audiencia de Alicante cuando Francisco Gómez Simón, de 31 años, único acusado de matar a tres personas hace cuatro años y medio en una masía de Benifallim (L'Alcoià), acudió ayer junto a su padre a la sede judicial.

Eran las nueve y media de la mañana cuando esa alarma anunciaba la fase final de un largo y controvertido proceso que, de momento, ha costado una sanción por falta de diligencia a la juez que instruyó la causa en primera instancia y sendos expedientes a los dos fiscales del caso.

Francisco Gómez, en libertad desde el pasado 27 de agosto tras permanecer en prisión provisional cuatro años, máximo tiempo que una persona puede estar recluida sin juzgar, llegó tranquilo al edificio judicial, mostrando una leve sonrisa a las cámaras, sin rehuir en ningún momento a los periodistas. En una conversación con este periódico, declaró: "No fui yo; me agobió la Guardia Civil para que declarara que sí lo hice. Soy inocente".

De ese guión no se apartó ni un instante luego, en el juicio. Repitió hasta la saciedad que fue presionado por la Policía Judicial de la Guardia Civil para que se declarara autor del triple crimen. "Me tuvieron 12 o 14 horas en un cuarto pequeño, con muchísimo calor, me empujaron contra la pared y, al final, confesé para que me dejaran en paz", declaró.

José Antonio Romero, fiscal jefe de la Audiencia, y las dos acusaciones particulares que representan a las familias de las víctimas, sometieron al acusado a un extenso interrogatorio. Los tres emplearon el mismo argumento acusatorio que luego completaron con matices : el procesado confesó el triple crimen en tres ocasiones -primeras declaraciones a la Guardia Civil y al juez y reconstrucción de los hechos- y durante esas inculpaciones ofreció detalles tan precisos sobre cómo ocurrieron los hechos que es "imposible" que los inventara. El acusado, que reconoció su firma en las declaraciones autoinculpatorias, aseguró que decidió cambiar su versión y declararse inocente cuando se sintió libre de las supuesta presión de la Guardia Civil.

Los hechos que se juzgan se produjeron el 20 de agosto de 1999 en la masía Les Vaquerises de Benifallim. Allí murieron a golpes la propietaria de la finca, Elvira Monllor Miró, de 54 años, el capataz Rigoberto Luis Esteve Pascual, de 47, y el tío de la primera, Francisco Miró Santonja, de 75.Antes de la primera sesión del juicio de Benifallim, la hija de una de las víctimas, María Luisa Miró, declaró sobre la dilación del proceso: "Este caso es el colmo de cómo funciona la Justicia en este país". Nieves Esteve, hermana de otra de las víctimas, también criticó la instrucción, aunque se mostró esperanzada y confiada en que al final se impartirá justicia.

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El acusado relató que el día de autos salió de su casa de Alcoi a las once y media de la mañana, compró un par de cupones de la ONCE y cogió su moto para dar una vuelta. Paró a echar gasolina y luego se dirigió a Benifallim. Durante el trayecto de detuvo unos minutos porque el vehículo estaba roto y se calentaba. En Benifallim, siempre según su relato, se tomó unas cervezas en el bar del pueblo e invitó a un café a un amigo de su padre. Luego, dijo, volvió a su casa y, al pasar por el acceso de la masía vio a los bomberos y humo de un incendio.

A los pocos días fue detenido. Antes de contar con asistencia letrada, aseguró, estuvo en el cuartel de la Guardia Civil "tres veces". "[Allí] uno de la Policía Judicial me dijo todo lo que tenía que decir para en unos meses estar fuera", enfatizó.

El fiscal y las acusaciones particulares relataron unos hechos totalmente distintos. El fiscal jefe, que pide inicialmente 38 años y medio de prisión para el acusado por la autoría de tres delitos de homicidio y uno de incendio, sostiene que el acusado, antes de acudir al bar de Benifallim, paró en la masía y mató a golpes con un rastrillo a las tres víctimas.Las acusaciones particulares reclaman 51 y 57 años de cárcel al calificar los hechos de "asesinato e incendio" y "asesinato con ensañamiento", respectivamente, El letrado que representa a la viuda de Francisco Miró, Román Pina, pidió una indemnización de 90.000 euros para su patrocinada, mientras que su colega Arturo Hernández, en representación de la hija del mismo fallecido, reclamó para ésta una indemnización de 175.000 euros .

La abogada del acusado, Lucía Jover, consideró "acreditado" que su cliente es "deficiente mental". La letrada basó su defensa en que ese lastre intelectual le hizo vulnerable a admitir los hechos ante presuntas presiones policiales. En Benifallim, un municipio de 140 habitantes censados en la comarca de L'Alcoià, se confiaba ayer en que el juicio ponga punto y final al interés social despertado por el triple crimen, informa Lucía Gadea. Según el alcalde del pueblo, José Carlos Barrachina, la población, de la que era vecina una de las tres víctimas, "no ha salido bien parada de este caso", protestaba ayer el alcalde.

El juicio continúa hoy con la declaración de los once testigos que aporta el fiscal. El jurado, según la previsión de la Sección Tercera de la Audiencia, emitirá su veredicto el cuatro de marzo.

Francisco Gómez Simón, acusado del triple crimen de Benifallim, ayer a su llegada a la Audiencia de Alicante para el juicio.
Francisco Gómez Simón, acusado del triple crimen de Benifallim, ayer a su llegada a la Audiencia de Alicante para el juicio.PEP GARCIA

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