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Reportaje:

La nueva Rusia apuesta por el euro

La moneda europea se convierte en refugio de las agencias turísticas, de las inmobiliarias y del ahorro de los particulares

Pilar Bonet

El euro se afianza en Rusia. La moneda común europea, conjuntamente con un rublo cada vez más robusto, le está arrebatando el terreno al dólar estadounidense, que está dejando de ser el refugio privilegiado para unos rusos temerosos por el futuro de sus ahorros, para las compañías que importan de Europa, las agencias turísticas y las inmobiliarias. Las conversiones netas de dólares a rublos alcanzaron los 1.700 millones de dólares durante el pasado mes de diciembre. Ese mes, los rusos (personas físicas) tenían en efectivo un volumen de euros equivalente a 1.200 millones de dólares, lo que suponía un 81% más que en noviembre. Y la tendencia sigue imparable.

Del equivalente a 1.200 millones de dólares que afluyeron a Rusia en diciembre, la cantidad en euros aumentó un 140% respecto al mes anterior
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Una divisa que sube como la espuma

En la década de los noventa cuando el rublo se devaluaba irremisiblemente frente al dólar, algunos establecimientos marcaban el precio de sus productos con las siglas UE, abreviatura de uslovnye edinitsy o unidades convencionales para indicar que estaban en la moneda norteamericana. Los tiempos han cambiado y los clientes de hoteles, restaurantes y comercios son sorprendidos de forma desagradable con cuentas, donde las iniciales UE se han transformado sigilosamente en euros.

Detrás del deslizamiento semántico se esconden la nueva realidad económica: la devaluación del dólar y la apreciación del euro frente al rublo. Si a principios de febrero de 2003, el dólar se cotizaba a 31,83 rublos y el euro a 34,78 rublos, un año más tarde, el dólar se cambia a 28,49 rublos y el euro, a 35,73 rublos.

"La subida del euro en relación al rublo ha sido una importante señal para los mercados y para la población. El euro ha comenzado a cumplir la función de medida de valor en el mercado ruso. Si la gente y las empresas empiezan a contar en euros, eso hará que el euro sea usado como divisa de pago", señala Olga Butórina, jefa de cátedra de Integración Europea en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Rusia y una de las principales especialista del país en el euro.

"Al euro", señala Butórina, "se están pasando las compañías que importan de Europa, las agencias turísticas y las inmobiliarias. Además las empresas y las personas físicas han comenzado a usar el euro como medio de ahorro. Es evidente que estamos ante una nueva tendencia", afirma.

Buen momento económico

Los rusos "se están librando" de la moneda norteamericana, según constataba el Banco Central de Rusia en su último informe mensual. Las conversiones netas de dólares a rublos alcanzaron los 1.700 millones de dólares en diciembre. Ese mes, los rusos (personas físicas) tenían en efectivo un volumen de euros equivalente a 1.200 millones de dólares, lo que suponía un 81% más que en noviembre. En sus importaciones de divisas, los bancos rusos han aumentado su volumen de euros y han disminuido su volumen de dólares. Del equivalente a 1.200 millones de dólares que afluyeron a Rusia ese mes, la cantidad de euros aumentó en un 140% y la de dólares disminuyó un 37% respecto al mes anterior.

La economía rusa está en un excelente momento gracias a la afluencia de petrodólares. El producto interior bruto (PIB) ha crecido un 7,3% en 2003, muy por encima de los pronósticos más optimistas; las reservas de oro y divisas, que a principio de mes sumaban 84.000 millones de dólares, van de récord en récord. El rublo, por su parte, se ha apreciado un 18,9% frente al dólar en términos reales en 2003, señala el Ministerio de Desarrollo Económico. La moneda rusa se devaluó un 1,6% frente al euro en 2003, y se apreció un 4,1% en relación al cesto de divisas de los socios comerciales tradicionales de Rusia. La depreciación del rublo frente al euro ha neutralizado la influencia negativa de la apreciación del rublo frente al dólar. Serguéi Ignátiev, el presidente del Banco Central de Rusia, ha dicho que entre los objetivos de la entidad que dirige está el "no permitir un fortalecimiento brusco del rublo".

Rusia, cuyo comercio exterior se contabiliza mayoritariamente en dólares, ha comenzado a incrementar sus importaciones en euros, ya que los países europeos que han adoptado la moneda común insisten en firmar sus contratos de exportación en esta divisa para ahorrar gastos de conversión, señala Butórina. La Unión Europea supone el 35% del comercio exterior ruso y, tras la ampliación, llegará hasta el 50%.

Los representantes de la Unión Europea han sondeado al Kremlin sobre la posibilidad de pagar en euros los suministros energéticos, que constituyen el principal contingente exportador de Rusia. Es posible que en el futuro la UE pague en euros por los contratos fijados en dólares, señala Butórina. "Con esta fórmula, Rusia no perdería nada si bajara la cotización del euro, atendería los deseos de la UE y sentaría un precedente en el mercado mundial". En el comercio de materias primas, donde el dólar es la divisa tradicional, el gas se comporta como una excepción: Gazprom utiliza el euro en sus exportaciones a Europa.

Butórina cree que Rusia "debe mantener parte de su comercio exterior, parte de las reservas del Banco Central y parte de su deuda en euros, pero evitar que el euro entre en el mercado interior como sucedió con el dólar". "Este peligro ha disminuido con la estabilización del rublo", opina.

La estructura de las reservas de divisas del Banco Central es secreta. Dada la estrecha vinculación del rublo al dólar, el Banco Central interviene de forma sistemática en el mercado para que el cambio del dólar no experimente oscilaciones bruscas. Eso determina que las reservas operativas del Banco Central estén todas ellas prácticamente en dólares. Otra cosa son las reservas a largo plazo, donde el papel del euro aumenta. Los expertos pronostican que la entidad se propone aumentarlas hasta un tercio de las reservas totales y posiblemente más. Hoy por hoy, el Banco Central ruso no interviene en el cambio del euro frente al rublo, que es mucho más accidentado que el del dólar.

"Antes había que huir del rublo al dólar y ahora hay que calentarse la cabeza decidiendo si uno escapa al dólar o al euro. La competencia de monedas ha sido un buen estímulo para la desdola-rización de la economía rusa", señala la experta.

Reforzado en casa, el rublo se plantea objetivos internacionales, de momento limitados. Éstos pasan por reforzar su papel en el espacio postsoviético gracias a un nuevo sistema de pagos y ganarle terreno al dólar, la moneda en la que hasta hace poco se realizaban hasta el 95% del comercio de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). "Hay condiciones para introducir el rublo en el comercio con la CEI y en el futuro, podemos hacer lo mismo con los Estados bálticos y de Europa del Este", señala Butórina.

Empresas y particulares apuestan en Rusia por refugiarse en la moneda común europea.
Empresas y particulares apuestan en Rusia por refugiarse en la moneda común europea.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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