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Santa Bárbara no asegura el futuro de su factoría de Granada para más allá de 2006

La planta, con una carga de trabajo del 30%, presentó pérdidas por seis millones en 2003

Los 166 trabajadores de la fábrica de Santa Bárbara Sistemas de El Fargue (Granada) no tienen asegurado su futuro en la empresa de armamento más allá de 2006. El presidente de la compañía, Antonio de Oyarzábal, supeditó la supervivencia de la planta a la firma de nuevos contratos que traigan nuevos productos. General Dynamics, que compró la antigua empresa pública en 2001, se comprometió con el Gobierno a mantener fábricas y plantillas hasta 2006. El Fargue tiene una carga de trabajo de sólo el 30% y el año pasado produjo pérdidas de seis millones, según los sindicatos.

De los 166 trabajadores que tiene la fábrica de Santa Bárbara de El Fargue, 74 tienen encomendadas labores de montaje. Pero la falta de nuevos productos obliga a la dirección a mantener operativos sólo 25 puestos en los talleres, según los sindicatos. A los demás se les ha buscado otras tareas para justificar su sueldo. "Se dedican a limpiar las naves o a realizar pequeñas reparaciones, pintar...", explica José Rodríguez, delegado de UGT. Las pérdidas el año pasado fueron de seis millones de euros, la misma cantidad por la que General Dynamics adquirió la empresa entera en 2001.

Con su compra la multinacional armamentística estadounidense se comprometió a traer nuevos productos que competirían en los mercados europeo y estadounidense. Granada se encargaría de la fabricación de componentes para proyectiles de gran calibre y misiles (Gillspike y Hellfire), lo que obligaría a contratar 75 personas más.

Pero ese pacto, firmado con la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI, el antiguo INI) finaliza en 2006. Desde ese momento la antigua empresa pública tendrá que someterse a los vaivenes del mercado. A mitad del plazo, la plantilla no se ha incrementado ni han llegado los nuevos productos. "Seguimos fabricando los mismos explosivos que hace 20 años y nuestro único comprador es el ministerio de Defensa", explica José Rodríguez. "Este año produciremos 30.000 kilos de pólvora, aunque no tenemos ningún pedido", añade.

La falta de solvencia del único cliente es el argumento que utiliza la empresa para justificar el incumplimiento de lo prometido. Su presidente, Antonio de Oyarzábal, habló sólo de esperanzas en su último viaje a El Fargue. "Creemos que a corto plazo podremos ofrecer a Granada contratos que aseguren la carga de trabajo", afirmó el pasado viernes. "Tenemos apalabrado con Defensa el contrato de construcción de misiles para sus helicópteros, pero todavía no hay nada firmado", dijo el directivo, que aseguró que todo se había retrasado "por las dificultades económicas del ministerio".

Construir armamento para el ejército estadounidense es, según el directivo, poco menos que imposible. "Nos pasamos el día llorando a General Dynamics para que mande nuevos productos a Granada, pero Santa Bárbara no tiene capacidad para asumir grandes demandas", explicó Oyarzábal.

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"El problema es que tenemos que definir lo que podemos y lo que no podemos hacer", dijo el presidente que sin embargo insistió en su optimismo. "El futuro está despejado y la continuidad de la fábrica no está en duda", afirmó para después recordar que el compromiso de la empresa de mantener todos los puestos se termina en 2006.

9.000 proyectiles

El directivo anunció un nuevo contrato con Defensa para ensamblar la munición de su futuro carro de combate, el Leopard. El acuerdo, según Oyarzábal, permitirá a El Fargue ensamblar 9.088 proyectiles, lo que supondrá una inversión de 600.000 euros. El proyecto aportará a la planta una carga de trabajo de 12.500 horas, según el presidente.

Pero los sindicatos consideran irrisoria la propuesta. Aseguran que el contrato supondrá un incremento mínimo de la actividad y que no solucionará la falta de ocupación. "El encargo podría estar terminado en dos meses. Después volveremos a la situación actual", aseguran desde UGT y CC OO.

Los problemas de la fábrica de El Fargue han trascendido a los partidos políticos. El PSOE de Granada ha manifestado públicamente su apoyo a la plantilla y el candidato del PP al Parlamento Andaluz, Juan de Dios Martínez Soriano, ha mostrado a los sindicatos su preocupación por la situación. UGT promete movilizaciones si no hay cambios en los próximos meses. "No queremos que en dos años terminemos como en los astilleros".

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