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Reportaje:

El peroné de la gran discordia

Un hueso hallado en una montaña paquistaní aviva la polémica sobre el mítico alpinista Messner, acusado desde 1970 de haber abandonado a su hermano en ese lugar

Un peroné hallado hace tres años en la vertiente Diamir del Nanga Parbat, una montaña pakistaní de 8.125 metros en la cordillera del Himalaya, quizá haya resuelto una polémica sostenida durante tres decenios contra el alpinista vivo más laureado, Reinhold Messner, el primero en coronar los 14 ochomiles del planeta, en subir al Everest sin oxígeno, en conectar dos ochomiles sin pasar por el campo base y en ascender al propio Nanga Parbat en solitario.

Messner, natural del Tirol, ha llevado sobre sí una acusación feroz desde que en 1970, cuando ascendió por primera vez el Nanga Parbat, su hermano Günther, que le acompañaba, perdió la vida. Nada nuevo en un deporte que se cobra víctimas a menudo. Sin embargo, dos miembros de aquella expedición, los alemanes Max von Kienlin y Hans Saler, que no llegaron finalmente a la cumbre, denunciaron que Messner abandonó a su hermano mientras subían por anteponer su vanidad, su protagonismo.

Günther murió por una avalancha al descender, dijo siempre Reinhold, actual diputado europeo

Messner siempre lo negó. Dijo que, tras alcanzar ambos la cima, Günther falleció durante el descenso por la vertiente Diamir cuando abrían una vía muy arriesgada por las constantes avalanchas de nieve. Ese detalle, apuntó, anulaba las críticas de sus colegas germanos por haber preferido la gloria a la búsqueda de su hermano, desaparecido en una de ellas.

Ahora, 34 años después, un peroné hallado en esa zona por otro montañero tirolés, Hans Peter Eisendle, amigo de Messner, confirmaría lo declarado por éste y zanjaría una polémica tan vieja como extraña: Günther encontró la muerte bajando.

Tras el fatal accidente, Messner volvió al Nanga Parbat e hizo el recorrido al revés -ascender por Diamir y descender por Rupal- en busca de los restos de su hermano, pero todo fue en vano. Así que las sospechas incluso acrecentaron su grado de acidez.

Messner, que perdió en aquella expedición todos los dedos de los pies y algunos de una mano por la congelación, se veía permanentemente acosado por la duda vertida sobre él y con su indudable prestigio amenazado por la peor de las insolidaridades.

Pero Eisendle encontró hace tres años un peroné que podría corresponder a Günther y se lo entregó a Messner, que, según ha publicado The Guardian, lo mantuvo en su casa creyendo que podría ser de un montañero pakistaní o del ilustre aventurero Albert Mummery, muerto en 1895. Más tarde, descartadas esas hipótesis, llevó el hueso a la universidad austriaca de Innsbruck, en la que el especialista Eduard Egarter determinó hace dos semanas, mediante los análisis de ADN, que corresponde a Günther.

¿Fin de la historia? Nada más lejos de la realidad. Messner, que habla alemán, pero se define como tirolés, no como germano, austriaco o italiano y que es parlamentario europeo por Los Verdes de Italia, ha cargado, crecido por el descubrimiento, contra sus acusadores y, por extensión, contra el pueblo alemán.

"En el Reino Unido e Italia, los montañeros confían en mí. En Alemania, no", manifestó a The Guardian; "Alemania es un país lleno de celos. Son muy extraños. Siempre que alguien tiene éxito dudan". En su opinión, sus detractores han querido "asesinar su reputación".

Von Kienlin tampoco se ha quedado atrás al insistir en que el citado peroné no corresponde a Günther "porque, cuando apareció, era demasiado grande para él. Quizá haya encogido ahora. Al final, puede llegar a ser un objeto santo", ha comentado a un periódico británico con inequívoca ironía.

La polémica tiene ahora una nueva vertiente. ¿Corresponde el peroné a Günther? El ADN dice que sí. Si no murió en la ascensión, sino en el descenso, ¿en qué se equivocó Messner? Pues en intentarlo por una vía complicadísima, muy peligrosa, llevando como acompañante a su hermano, menos fuerte que él y, al parecer, aquejado por el mal de altura. Sin embargo, Günther murió en una avalancha, algo ajeno a la fortaleza o a las circunstancias momentáneas del alpinista.

"¿Cómo puede ser que una polémica de este tipo dure tanto tiempo y no tenga visos de concluir jamás", se pregunta Juanito Oiarzabal, el primer montañero español en conseguir los 14 ochomiles; "pasó lo que pasó. ¿A qué viene que se lo recuerden constantemente? No se qué persiguen los que sacaron esa versión y tampoco lo que ha venido haciendo Messner manteniendo dicha discusión".

Egocentrismo, culto a la fama, necesidad de protagonismo... Sobre el asunto se han publicado distintos libros en Alemania y Messner tampoco ha dudado en proteger su prestigio de posibles nuevos ídolos. El caso más claro fue haber acusado de pertenecer al partido nazi a Heinrich Harret, condecorado por Hitler en los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936, el primero en ascender, aquel año, al Eiger, en los Alpes, que se había cobrado muchas vidas. Harret fue el inspirador de la película Siete años en el Tibet, a donde huyó desde India en la Segunda Guerra Mundial.

Los celos, habituales en la montaña van incluso más allá. No en vano Messner tuvo una relación sentimental con Ursula, la esposa de Von Kienlin, aunque este matrimonio fue efímero.

Reinhold Messner.
Reinhold Messner.ASSOCIATED PRESS

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