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El etarra Gadafi, condenado a 82 años por el asesinato del niño Fabio Moreno

El dirigente de ETA Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, fue condenado ayer a 82 años de prisión por el asesinato del niño de tres años Fabio Moreno, el 7 de noviembre de 1991. Iglesias colocó un artefacto con dos kilogramos de cloratita y con un dispositivo de iniciación de movimiento e inercia debajo del asiento del copiloto del coche del guardia civil Antonio Moreno Chica. La bomba explotó cuando el agente iba con sus hijos gemelos, Fabio y Alexander, a recoger a su hija mayor al colegio en Erandio (Vizcaya). La onda expansiva alcanzó de lleno a Fabio, que murió en el acto, y graves lesiones a Alexander y su padre, que estuvo incapacitado 852 días y quedó impedido para su profesión.

El tribunal considera que Gadafi es autor de un delito de atentado a agente de la autoridad con resultado de lesiones graves, otro delito de asesinato consumado y otro más de asesinato frustrado. Ésta es la tercera condena de Gadafi, que este mes ya fue condenado en dos sentencias a 123 y 20 años.

Por otro lado, el etarra Miguel Ángel Gil Cervera, Kurika, fue juzgado ayer en la Audiencia Nacional acusado del ataque con explosivos contra las instalaciones del Ejército del Aire en Las Bardenas Reales (Navarra), donde el terrorista se encontraba cumpliendo el servicio militar en 1983. Gil Cervera y José Miguel Latasa Guetaria, según el fiscal, secuestraron a un soldado y luego colocaron cuatro artefactos en las dependencias, aunque el juicio sólo afectaba al secuestro, único delito para el que Francia había concedido la extradición de Kurika.

En la vista, el etarra se negó a declarar, pero Latasa, que fue condenado en su día y actualmente está apartado de ETA, declaró que Gil intervino en la acción. El terrorista, en el turno de última palabra, intentó justificar los hechos alegando que las Bardenas Reales son un polígono de tiro que utiliza la OTAN.

Además, el etarra José Manuel Azcarate Ramos ingresó ayer en la prisión guipuzcoana de Martutene después de que le fuese revocada la libertad condicional de la que gozaba desde hace 11 años, por no presentarse a los controles médicos, ya que fue excarcelado por una enfermedad cardiovascular incurable.

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