El declive de la telerrealidad
Tele 5 culmina hoy 'Gran Hermano 5', un programa que ha perdido casi la mitad de la audiencia desde su estreno
El globo de la telerrealidad se desinfla, pese a que las cadenas españolas insisten en recurrir a este género. Mientras Antena 3 ultima el estreno de La selva de los famosos, TVE cierra Operación Triunfo 3 con un importante bache de audiencia respecto a las dos ediciones anteriores y Tele 5 da por terminada su quinta entrega de Gran Hermano, un espacio que también acusa el desgaste de este tipo de productos.
La final de Gran Hermano, que se resuelve hoy (21.30), se disputa entre Nuria, David y Julián. Sus peripecias durante los tres meses de encierro en la casa de Guadalix de la Sierra han alimentado hasta la saciedad los magacines de la cadena. Desde este punto de vista se ha revelado como un programa rentable. Los liberados se han paseado por Día a día, A tu lado o Crónicas marcianas destapando a menudo los trapos sucios de su convulsa convivencia. Las grescas, acompañadas de insultos gruesos, han sido antológicas y han contribuido a mantener el programa al rojo vivo.
El formato creado por Endemol acusa un menor desgaste que el concurso musical 'Operación Triunfo'
La quinta edición de Gran Hermano se salda con una audiencia media de 4.164.000 espectadores (26,6% de cuota de pantalla). Una cifra alejada de los registros obtenidos en el primer pase. Un promedio de 7.733.000 personas siguieron el programa creado por la productora de origen holandés Endemol, propiedad de Telefónica desde 2000.
Estos datos son una muestra del desgaste experimentado por Gran Hermano, pese a que fuentes de Tele 5 subrayan que es la marca de telerrealidad que mejor ha resistido. Incluso no descartan una sexta entrega. "Ha dado buenos resultados en la franja estelar", argumentan.
Desde la primera entrega, que arrancó en abril de 2000, Gran Hermano se ha dejado en el camino más del 40% del público. El impacto del primer pase fue de tal calibre que atrapó a uno de cada dos espectadores (51,2% de cuota de pantalla). En la segunda entrega, la audiencia bajó a 6.744.000 (42,3% de cuota) y en la tercera menguó a 5.172.000 (34%). Las últimas dos temporadas acusan aún más el declive del formato, pese a mantener unas cuotas por encima de la media de la cadena: 4.663.000 (29,5%) en la cuarta temporada y 4.164.000 (26,6%) en la quinta. En esta última edición falta por contabilizar los resultados de la final.
Igualmente significativa ha sido la caída de Operación Triunfo, un fenómeno televisivo que en su primer pase alcanzó cotas superiores a los diez millones de espectadores. En conjunto, la media fue de 6.767.000 (43,7%). Pero retrocedió a pasos agigantados en las dos ediciones siguientes: 5.599.000 (36,6%) y 3.472.000 (23,4%), respectivamente. El descenso ha sido más fuerte que el protagonizado por Gran Hermano. Con sólo tres temporadas en el aire, el concurso musical de TVE ha cedido casi el 50% de su público. El experto en análisis audiovisuales Carlos Arnanz ofrece en Carta de ajuste, la revista de la ATV, una explicación: "Probablemente la capacidad para producir ídolos musicales tiene unos límites más fuertes que los aplicables a la telenovela de la vida en directo, cuyo mercado sería por así decirlo más excesivo y absorbente".
El profesor de la Universidad Carlos III Agustín García Matilla sostiene que Operación Triunfo ha saturado antes a los espectadores porque "su fórmula puede ser novedosa, pero al ser conocida no impacta tanto". Agrega que este espacio tiene aspectos positivos, "aunque sólo sea un lejano valor educativo". Pero destaca la contradicción entre los valores que promueve el sistema educativo y los que difunde la televisión. Asegura que "la caspa y el amarillismo" ha llevado al medio al nivel más repulsivo y critica la "hipocresía" de algunos políticos, que arremeten contra contenidos que en su día alentaron, como el actual portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, que como presidente de la Generalitat Valenciana respaldó Tómbola, una creación de la autonómica Canal 9.
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