Núria Espert y Maurizio Benini crean una 'Tosca' fiel pero sorprendente

El amor, los celos y el poder. Tosca, el melodrama en tres actos de Puccini, se estrena el próximo día 14 en el Teatro Real de Madrid bajo la dirección escénica de Núria Espert y la musical de Maurizio Benini. El primer reparto estará encabezado por Daniela Dessi (como Floria Tosca), Fabio Armiliato (Mario Cavaradossi) y Ruggero Raimondi como el maligno barón Scarpia. "Este montaje no pretende ser revolucionario. Es actual y respeta lo escrito por el compositor. Es fiel pero sorprendente. Lo que está claro es que Tosca no será una miliciana colombiana", afirmó Espert.

Además del primer cartel, Tosca contará con otros dos repartos encabezados por Ana María Sánchez, Raina Kabaivanska, Mario Malagnini y Enrique Baquerizo. Núria Espert quiso destacar ayer la interpretación que el día 31 de enero hará la soprano rusa Olga Romanko, que ha elegido el Real para decir adiós a uno de los papeles fundamentales de su repertorio. "Ella ha querido despedirse desde aquí y nos parece una idea estupenda", apuntó Espert, para quien ensayar con tres toscas a la vez -"eso que al principio me parecía tan difícil"- ha sido "un placer extraordinario".

Para Espert ("esta mañana he llorado durante el ensayo, nos encontramos en ese momento tensísimo del final"), las principales desventajas a la hora de hacer Tosca son "que todo el mundo la conoce". "Y todo el mundo", añade, "la ha visto alguna vez: buenas, malas o regulares. Cada uno tiene su Tosca idealizada en el corazón". "Ahora", añade Espert, "vamos a mirar a una Tosca nueva, pero que no vulnerará ninguno de los mandamientos escritos por Giacomo Puccini". "En esta Tosca", continúa, "nada pretende ser rompedor excepto lo más importante: unos intérpretes dispuestos a descubrir de nuevo el personaje". Y Maurizio Benini añade: "La ópera necesita de una continua renovación; si no, moriría. Un músico no puede cambiar las notas, pero sí darle una lectura del año 2000. Como un cantante puede darle un aire absolutamente fresco a una interpretación que parece ya sabida".

Espert, que preparará en Canadá La Celestina, dirigida por Robert Lepage, añade: "Son los celos de Tosca los que desencadenan todo el drama. Eso que a Cavaradossi al principio le hace gracia y que no sabe que al final acabará con él. Tosca no es un melodrama, es un drama que podría ser tragedia".

"El sexo y el amor", continúa Maurizio Benini, "aparecen de dos formas: la positiva, representada por Cavaradossi, y la negativa, Scarpia. Él provoca los celos de Tosca, él busca el dolor y el mal. Scarpia busca el placer a través de la violencia física y mental". "Scarpia", prosigue Espert, "llega a decir que le gusta violar. ¡Es increíble llegar tan lejos en una ópera sin escandalizar a las convenciones de aquella época".

Espert y Benini aseguran que su versión de Tosca está en todo momento al servicio de la historia. Los decorados, el vestuario y la iluminación de ésta corren a cargo de Ezio Frigerio, Franca Squarciapino y Vinicio Cheli, respectivamente. "Todo es bello y sorprendente". "Tradicional, en el buen sentido de la palabra", añade Benini. "Tradicional es una palabra que no me gusta", apostilla Espert.

Tosca se representará en el Teatro Real de Madrid hasta el 31 de enero. Se trata de un montaje del Real en coproducción con la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera.