La cumbre se produce en un momento de desconfianza en la UE

La Constitución europea llega a la Unión en momentos de desánimo del europeísmo y cuando los europeos se sienten poco optimistas sobre las perspectivas económicas y el empleo en 2004, según el último Eurobarómetro. El 42% de los europeos desconfía de la UE, frente al 41% que confía en ella. Se revierten de forma sustancial los sentimientos de hace seis meses, cuando el 44% tenía opinión positiva frente al 38% que recelaba. Pese a todo, la UE concita más apoyos que otras instituciones nacionales. La idea de una Carta Magna sigue contando con el apoyo del 62% de los ciudadanos.

El Eurobarómetro de otoño recoge el estado de opinión de los europeos entre el 1 de octubre y el 7 de noviembre pasados, cuando estaba tomando fuerza el debate sobre el incumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento por Alemania y Francia, y mientras los gobiernos entraban en regateos sobre el contenido del borrador constitucional, que han llegado hasta hoy.

En ese ambiente de discrepancia y predominio del interés nacional sobre el europeo, la Unión Europea pierde atractivo, aunque sin afectar a la idea de que exista una Constitución: el 62% de los ciudadanos europeos la quiere frente a un 10% que repudia la idea. La caída de un punto en el apoyo con respecto al barómetro de primavera es recogida por los indecisos.

Los españoles siguen en la vanguardia del sentimiento europeísta y, por lo que respecta a la Constitución, dos de cada tres (65%) están a favor, un 1% más que hace seis meses. Disminuye un punto, hasta el 8%, el número de quienes la rechazan. Sólo en Dinamarca, Finlandia y Reino Unido el apoyo a la Carta Magna es inferior al 50%, con los dos países nórdicos a la cabeza del euroescepticismo: uno de cada tres de sus ciudadanos no quiere oír hablar del nuevo ordenamiento.

El actual desencanto -cae cuatro puntos la confianza en la Comisión Europea; seis puntos, hasta el 48%, el número de quienes creen que es buena la pertenencia a la UE; cuatro puntos los que piensan que su país se ha beneficiado de la UE; ocho puntos el apoyo al euro, entre otras rebajas de la filia europea- reduce ligeramente la velocidad en que se desea que avance la Unión, si bien, en una aparente paradoja, son mayoría quienes creen que la construcción europea no va tan deprisa como debiera. La caída del favor del euro, un gran emblema de la Unión, lo deja en el 67% de apoyo entre los consultados en los 12 países que lo emplean, y apenas en el 59% del conjunto de los Quince. España, con el 70% de apoyo a la moneda única, sólo se ve superada por belgas y luxemburgueses, aunque ese fervor es cinco puntos menor que en la anterior consulta.

El Parlamento Europeo es la institución más respetada de la UE, seguido de la Comisión, del Tribunal de Justicia y del Banco Central Europeo, todos con un apoyo ciudadano superior el 50%. Al Consejo de Ministros sólo le dan crédito el 38% de los europeos, quizá como reflejo de un creciente recelo ante los políticos nacionales. Apenas el 15% de los europeos confía en los partidos políticos de sus países (un punto menos que hace seis meses), sólo el 31% cree en sus gobiernos (-6%), y el 35% respeta a sus parlamentos (-3%). Para España, las cifras respectivas son el 23%, el 42% y el 41%.