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Dos 'mossos' de Lleida, condenados a pagar una multa por apalear a unos jóvenes

El juez impone la misma sanción a otros seis agentes por no impedir los hechos

Un juez ha dictado la primera sentencia condenatoria contra agentes de los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Lleida por emplear métodos violentos contra unos jóvenes sospechosos de haber participado en una pelea callejera en la zona alta de la ciudad. Dos mossos han sido condenados a 720 euros de multa como autores de una falta de lesiones y otros seis a la misma sanción por no impedir la paliza.

Además, los ocho funcionarios deberán indemnizar conjunta y solidariamente a dos jóvenes denunciantes con 8.164 euros. Los Mossos d'Esquadra de Lleida acumulan varias causas por presuntos abusos de autoridad o malos tratos en el ejercicio de sus funciones. Un portavoz de la policía autonómica explicó ayer que la Generalitat ya ha recurrido la sentencia y que, sólo en el caso de que sea ratificada, se aplicaría el régimen disciplinario a los agentes implicados, quienes podrían ser suspendidos de empleo y sueldo por un periodo de entre 16 días y un año como autores de una falta grave.

Hechos probados

El titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Lleida considera probado que sobre las 20.15 horas del 16 de febrero de 2002 se produjo una pelea en la que estaban implicados David M. V., Miguel Ángel V. C., Santos J. L. y los hermanos Carlos y Arturo C. J. La furgoneta en la que huyeron los jóvenes fue localizada por los mossos en un descampado del barrio de la Mariola. En aquel momento, sin existir ninguna provocación por parte de éstos, se produjo una discusión y dos agentes redujeron a Carlos C. J. Uno de los policías, que también sufrió heridas en una pierna, agredió sin justificación a Miguel Ángel V. C. cuando ya estaba inmovilizado y contra el vehículo oficial, causándole contusiones que tardaron 31 días en curar y secuelas de dolor residual. A continuación, el otro agente sacó a Carlos C. J. por la ventanilla y cuando estaba en el suelo le propinó diversos golpes que le ocasionaron polilesiones que tardaron 82 días en curar. Otros seis agentes "presenciaron los hechos sin que trataran de impedirlos en ningún momento", señala la sentencia.

El incidente dio lugar a un cruce de denuncias, pero en el juicio de faltas celebrado a finales de octubre el fiscal solicitó la absolución de los agentes por falta de pruebas. Los policías manifestaron que medió una férrea resistencia por parte de los dos jóvenes, mientras que éstos adujeron que los agentes "entraron a saco" en el descampado repartiendo golpes a diestro y siniestro.El juez, apoyándose en los informes de los forenses, considera no acreditada la resistencia de los dos jóvenes "más allá de una simple indignación por la forma de actuar de los agentes", que, paradójicamente, no practicaron ninguna detención.

El magistrado considera que la lesión sufrida por un agente en una pierna se la causó él mismo al ejercer violencia contra los jóvenes. La sentencia señala que la actuación de los agentes fue un ejercicio de "violencia totalmente desproporcionado y brutal" sin justificación en un asunto de escasa gravedad. Y añade que "más que actuar para restablecer el orden jurídico conculcado, lo hicieron en clara violación de sus obligaciones como agentes, causando una alteración del orden jurídico que resulta de la inexistencia de infracción anterior que justificara la utilización de la fuerza". El juez considera cooperadores necesarios a los seis agentes que no trataron de impedir "la agresión ilegítima" a la que fueron sometidos Carlos y Miguel Ángel.

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