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Crónica:AUTOMOVILISMO | Rally de Gran Bretaña
Crónica
Texto informativo con interpretación

Solberg no da tregua a Sainz

El noruego le saca más de tres segundos al español en el primer tramo de 2,5 kilómetros

No tiene mayor trascendencia, cierto, pues se trataba de los 2,5 primeros kilómetros del rally. Pero si de lo visto ayer, en la primera etapa denominada superespecial -que tiene más de espectáculo para el divertimento general del público que de competición- hubiera que sacar alguna conclusión, habría que coincidir en que Carlos Sainz se va a encontrar con dos rivales de cuidado en Gran Bretaña: el noruego Petter Solberg y el barro. De momento, en poco más de dos kilómetros, Solberg atrapó el liderato momentáneo de la prueba, con más de tres segundos de ventaja sobre el piloto español.

Pero las cosas han cambiado de forma sustancial en un año para Carlos Sainz. Concluyó la pasada temporada sin coche y con la moral por los suelos, y la comenzó fichando a última hora como tercer piloto de Citroën y habiendo roto peras con su copiloto de siempre, Luis Moya. Sin embargo, sólo trece carreras le han bastado al madrileño para demostrar que sus 41 años no son un inconveniente para mantenerse en la élite. Ayer comenzó la última carrera del calendario, el Rally de Gran Bretaña, y Sainz está luchando con otros dos pilotos por el título: empatado en cabeza del Mundial con su compañero de equipo Sebastián Loeb, con 63 puntos, y uno por encima de su rival más peligroso, el noruego Petter Solberg (Subaru). Sólo le vale acabar por delante de ellos porque los dos le superan en victorias.

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Carlos Sainz abandona en Gran Bretaña y pierde sus opciones al título

El barro que, llueva o no llueva, invadirá las arenosas carreteras del RAC Rally, ni le asusta ni le incomoda. Desde el pasado jueves Sainz y los técnicos de Citroën están buscando la puesta a punto del coche que puede darles el título de pilotos y el de marcas. "El barro estará ahí", afirmó ayer Sainz, que por séptima vez llega a esta carrera con posibilidades de ganar el título, pero que sólo se fue con él en una ocasión en 1992. "Pero eso no es nuevo. En realidad no hay nada nuevo en esta carrera: los tramos se repiten, todos los conocemos".

Sainz afrontó con meticulosidad todos los reconocimientos del terreno y las únicas dos pasadas por los tramos que permite el reglamento. "Tenemos las notas de los años pasados", señaló en referencia a que Moya le dio el libro de notas a Marc Martí, su nuevo copiloto, antes del inicio de la temporada. Sainz es el piloto que más notas toma: llena dos hojas por kilómetro, y da más trascendencia a la trazada que a la marcha con la que debe entrar en las curvas.

La experiencia juega a favor del español, pero no los números. Solberg lleva cinco participaciones en este rally y dos accidentes, pero el año pasado se alzó con la victoria. "Sí", asegura Luis Moya, que ahora es director deportivo de Subaru; "si nos hubieran dado a elegir un rally para decidir el Mundial, habríamos apostado por éste". Subaru lleva seis victorias en los últimos nueve años y Citroën no se ha impuesto nunca en Gran Bretaña.

Hace sólo 15 días, en el Rally de Catalunya, Sainz se mantuvo en cuarta posición hasta el último día. Pero cuando apareció la lluvia, Solberg le sacó un minuto en un tramo de 35 kilómetros. Allí se desató una auténtica batalla entre Citroën y Michelin. La marca de coches acusó a su proveedor de haberles escondido un nuevo neumático, más blando y con dibujo de agua, que colocaron en el Peugeot de Gilles Panizzi, que acabó ganando la carrera. Michelin les respondió que aquellas gomas no habían sido suficientemente probadas y que no querían arriesgar con Loeb y Sainz porque se jugaban el título.

Pero las quejas obligaron a Michelin a tomar medidas para preparar el rally británico. "Tendremos neumáticos para luchar aquí", dijo ayer Sainz. Pero luego, en el primer tramo, una superespecial de 2,450 kilómetros disputada en Cardiff, Solberg completó su recorrido en 2m 8,7s y Sainz en 2m 11,9s, algo más de tres segundos de distancia que le dejaron en el quinto puesto. Pero el madrileño, optimista, mantiene intactas todas y cada una de sus opciones. Con o sin barro.

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