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James Chance deslumbra en Periferias

Una vomitona de funk, un espasmo de jazz, una mueca de punk. Lo protagonizó James Chance en Huesca, en un Periferias que asistió a la apabullante demostración de un músico casi desconocido. Su debú fue la guinda de un festival que cerró su cuarta edición con una jornada redonda. Además de Chance, destacaron en la última jornada Arthur Baker, el hip-hop de Dgiz, la imaginación de DJ Rupture, la vena experimental de Dorrine-Muraille y la actitud de Michael Drácula.

De verdadero nombre James Sigfried, nacido en Milwaukee pero crecido artísticamente en Nueva York, Chance vendría a ser la joya oculta de aquella época, el músico que acabó perdiendo el control de su vida hasta parecer un personaje de cómic. Así apareció en Periferias, vestido como un camarero que quiere disfrazarse de Drácula. Acompañado por una banda sensacional con vibráfono y trompeta como instrumentos característicos, Chance alternó teclado y saxo para dar forma a una ensalada en la que aparecían como cocineros referenciales Ornette Coleman, James Brown o Zappa.

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