Dúo de amor entre la bata de cola y la voz
Flamenco de cámara
Compañía Mayte Martín y Belén Maya. Coreografía y baile: Belén Maya; dirección musical y cante: Mayte Martín; vestuario: Pili Cordero; luces: Gloria Montesinos. Festival de Otoño. Teatro del Instituto Francés, Madrid. 29 de octubre.
Belén Maya posee un baile personal y fuerte no demasiado expansivo, pero sí envuelto en un gusto por las poses añejas, lo que mejor se dibuja con sus brazos, donde a pesar de ciertos juegos geométricos más atrevidos, nunca sale de los límites escolásticos del género. Es decir: nada de fusión, nada de percusiones tropicales ni armonías foráneas (solamente hay como material ajeno la inclusión del violín en los números finales), y es que el flamenco quizás no siempre necesita de las contaminaciones que hoy día lo están globalizando (es una manera de decir que se está despersonalizando). Ese diálogo festivo e íntimo entre voz y bailarina es el eje de esta buena y sentida velada de baile flamenco que recuerda lo que se cuenta de las de antaño, donde hay entrega y mucha energía y un deseo de ir, en cierto sentido, a contracorriente de los tiempos, y para ello se necesita la decisión de estas artistas. El público que llenaba el teatro terminó en pie, aplaudiendo entre bravos.