_
_
_
_
_

Quejas de los 'mossos d'esquadra'

Todos los tramos que ayer se disputaron en el Rally Catalunya estaban abarrotados de un público muy fiel a Carlos Sainz. A las ocho de la mañana hacía frío en las especiales de La Trona y Alpens, pero allí no faltaba ya nadie. No importaba que los tramos los hubieran cerrado a las doce de la noche anterior como medida de prevención, con la intención de evitar los incidentes del año pasado, cuando tuvieron que suspenderse tres pruebas especiales por la invasión del público. Entonces hubo una amenaza de la Federación Internacional del Automóvil.

Esta vez, la organización aplicó soluciones imaginativas, como crear zonas de público, con amplios aparcamientos, con el fin de controlar, dentro de lo posible, a los aficionados. Se movilizaron 1.430 mossos d'esquadra y 1.920 comisarios para controlar el rally. El sindicato de la policía catalana denunció un trato de favor hacia esta prueba del Mundial de rallies y explicó que este tipo de acontecimientos deben cubrirse con "personal voluntario retribuido económicamente, y no con agentes de servicio". Alegaron que las comisarías del sector se estaban quedando vacías y que muchos agentes debían realizar jornadas de hasta 16 horas sin contar con la logística básica.

La cuestión es que el comportamiento del público fue ayer ejemplar. Y comenzó a especularse con la posibilidad de que se iguale al final la cifra de un millón de aficionados que se dio como aproximada el año pasado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_