Tormenta de ideas para una fuerza militar conjunta
Los ministros de Defensa de la UE cerraron ayer un acuerdo para sustituir a la OTAN en Bosnia, a partir de mediados del año próximo. La fuerza europea debería contar con unos 6.000 soldados al mando de un general británico. El plan no se hizo oficial, sin embargo, porque faltaba pactarlo con Estados Unidos. "Personalmente, creo que al Pentágono le interesará que la UE asuma Bosnia, dado que EE UU tiene mucho que hacer en otras regiones", explicó el ministro italiano, Antonio Martino.
La reunión informal de los ministros congregó en Roma por primera vez a los 15 miembros de pleno derecho y a los 10 de inminente ingreso. El objetivo de contar antes de 2010 con una capacidad militar europea, autónoma respecto a la OTAN, recibió un apoyo general; las diferencias se suscitaron cuando se habló de cómo organizar esa fuerza de intervención "inmediata y robusta" en cualquier punto del mundo.
Un grupo de cuatro países, encabezado por Francia, querría establecer un cuartel general al margen de la OTAN, un "centro neurálgico" que asumiera tanto la planificación estratégica como el mando operativo y la gestión de tropas. Reino Unido, deseoso de mantener sólidos los vínculos atlánticos con Washington, preferiría crear un "grupo estratégico europeo" dentro de la propia sede de la OTAN y aprovechar como centros operativos los cuarteles ya existentes. Italia propuso un "comando virtual" para las cuestiones estratégicas, compuesto de oficiales de Estado Mayor que irían rotando por los cuarteles europeos. El ministro español, Federico Trillo, consideró interesante crear una "célula específica" para la planificación, fuera de la OTAN, pero rechazó la creación de un "supercentro" estratégico y operativo.
Otra idea sometida a debate, y respaldada por España, fue la posible creación de una "gendarmería europea", una fuerza policial que se encargara de las misiones intermedias de mantenimiento del orden: aquéllas en que las operaciones militares hubieran ya concluido, sin que la estabilidad fuera suficiente para ceder el protagonismo a los especialistas en reconstrucción civil.
