Natalie Dessay afirma que cantar una ópera sin actuar es inadmisible
La soprano francesa protagoniza 'Hamlet', de Thomas, en el Liceo
Considerada la nueva reina del sobreagudo, la soprano francesa Natalie Dessay (Lyón, 1965) ha huido de encaramarse a sus estratosféricos agudos para llevar al delirio a los amantes de la lírica y ha cimentado su carrera en la construcción de los personajes tanto musical como escénicamente. "El trabajo de un cantante de ópera no es sólo el de cantar; también debe actuar. Lo contrario es inadmisible y me molesta mucho que haya cantantes que sólo hagan la mitad de su trabajo, cuando la ópera es música y teatro", dice rotunda. Dessay es, junto al barítono británico Simon Keenlyside, la protagonista de Hamlet, ópera del francés Charles Louis Ambrosie Thomas (1811-1896), que el Liceo de Barcelona estrena el lunes.
El personaje de Hamlet se ha convertido en el gran protagonista del inicio teatral y operístico en Barcelona en el que es el año del 400º aniversario del estreno del drama de Shakespeare. La ópera de Charles Louis Ambrosie Thomas es el tercer Hamlet que se estrena en la capital catalana en apenas dos semanas. Empezó el Teatre Nacional de Catalunya el pasado 25 de septiembre con la presentación de la versión del lituano Eimuntas Nekrosius; le siguió el pasado martes el Teatro Romea con la de Calixto Bieito, estrenada el pasado agosto en el Festival de Edimburgo, y ahora se suma el Liceo con la infrecuente ópera de Thomas, cuyo Hamlet difiere del de Shakespeare en el final: aquí el príncipe de Dinamarca no muere y el drama deviene en un melodrama romántico.
Hamlet y Ofelia son los grandes protagonistas de esta ópera estrenada en París en 1868 y su trágica historia de amor se convierte en el centro de la obra. Imperaba el romanticismo y el drama sentimental estaba a la orden del día. Thomas no lo dudó. Su Hamlet, hoy casi olvidado al igual que el nombre del compositor, fue un éxito rotundo y en España, tanto en el Teatro Real de Madrid como en el Liceo de Barcelona, fue ampliamente representada, aunque hoy ya nadie la recuerda.
El personaje de Hamlet (barítono) es en esta ópera el gran protagonista, pero es Ofelia (soprano de coloratura) quien acostumbra a triunfar sobre el escenario. Las leyes del mercado operístico son radicales. Cuantos más agudos, y Ofelia los tiene todos, más delirio del público. "La ópera se titula Hamlet, y Hamlet es el protagonista. Así debe ser", afirma, rotunda, Natalie Dessay intentando quitarse protagonismo. Pero de no torcerse las cosas, será ella con su interpretación de Ofelia la que acabe acaparando los mayores aplausos y su nombre en el reparto ha conseguido eclipsar al de sus colegas.
Menuda y nerviosa, la soprano es expeditiva en sus respuestas. ¿Personaje difícil el de Ofelia? "No hay personajes fáciles; todos son difíciles y hay que trabajarlos a fondo". ¿La locura es la base de su gran escena del cuarto acto? "Nadie sabe qué es la locura. Baso la gran escena de Ofelia en el sufrimiento, porque ella es una chica normal, enamorada, a quien Hamlet ha rechazado y ha tratado como un pañuelo usado".
Recuperada ya de una grave afección en las cuerdas vocales que puso el año pasado en serio peligro la continuación de su carrera y la apartó de los escenarios, Natalie Dessay afirma que la operación a la que se sometió ha sido una liberación para ella. "Existe un antes y un después de esta operación. Un antes de inquietud por lo que podía pasar y un después de reconstruir mi voz", dice, y asegura que ahora afronta el trabajo de manera diferente. "Soy más prudente, trabajo menos, exijo tener dos días de descanso entre función y función, y evito el estrés".
Hamlet, de Thomas, se presenta en el Liceo con dirección musical de Bertrand de Billy hasta el 20 de octubre en una producción de 1996 de la Ópera de Ginebra, firmada escénicamente por Patrice Caurier y Moshe Leiser, que estrenó la propia Dessay y Keenlyside. "Es una puesta en escena frágil en la que lo importante es la emoción que los cantantes ponen en los personajes", explica la soprano.
Babelia
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