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PERFIL | John Reed

Un banquero en la Bolsa

John Reed es un devoto hispanohablante con cierto acento argentino, ya que, aunque nació en Chicago en 1939, creció y se educó en Argentina y Brasil, donde su padre era un ejecutivo de Armour & Co. Tras graduarse en el MIT, empezó a trabajar en Citibank (entonces First National City Bank), donde ha llevado a cabo toda su carrera profesional hasta alcanzar en 1984 el rango máximo de presidente ejecutivo del ya denominado Citicorp, al que había ayudado a convertir en un banco comercial global y donde desarrolló el novedoso sistema de Direct Access, un programa interactivo de banca por ordenador que se convirtió en el más avanzado del momento.

Cuando se hizo cargo de la unidad de banca minorista, ésta era una hemorragia de pérdidas para el grupo, mientras que la banca al por mayor ganaba dinero. Muy pronto, los banqueros de la segunda pidieron su cabeza, pero el legendario presidente Walter Wriston le mantuvo su apoyo. Unos años después, la banca minorista se convirtió en una máquina de ganar dinero y la mayorista en otra de perderlo, lo que ya le puso en primera posición para suceder a Wriston. Desde entonces, Reed siempre mantuvo un cierto desdén por la banca corporativa.

Su vertiginosa carrera como banquero en Citibank se vio truncada cuando fue creado Citigroup en 2000, entre Citicorp y Travelers (la importante empresa de seguros), y ambos presidentes ejecutivos, John Reed y Sandy Weill, decidieron dirigir el nuevo grupo como copresidentes ejecutivos, el primero aportando la banca comercial, una enorme experiencia internacional y una potente plataforma tecnológica, y el segundo aportando una importante banca de inversión (Salomon Smith Barney) y su personal sabiduría empresarial y financiera. Citigroup se ha convertido en el primer banco global del mundo no sólo por el valor de su capitalización bursátil, sino por su cobertura geográfica y por disponer de toda la gama de servicios financieros, tanto para particulares como para empresas.

Pocos meses después, John Reed dejó el grupo en manos de Sandy Weill y se retiró totalmente de la escena financiera de la City. Reed pensaba que la razón de la fusión y de la copresidencia fue que era tan sólo una forma transitoria de gestión, antes de dejarla en manos de ejecutivos más jóvenes. Está claro que Weill no pensaba lo mismo.

Su vuelta a Wall Street como presidente del NYSE le va a permitir utilizar no sólo su experiencia bancaria y de los mercados, sino también sus años de reflexión en el mundo de las actividades sin ánimo de lucro y de la consecución del bien común. Le deseo mucho éxito y todavía más suerte.

SCIAMMARELLA

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