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Reportaje:BMW 530D AUTOMÁTICO / MERCEDES E 320 CDI AUTOMÁTICO | CARA A CARA

Dos ganadores con diferencias de matiz

Calidad de conjunto, altas prestaciones y las últimas tecnologías para conseguir el má-ximo confort y una seguridad a toda prueba. El BMW 530d y el Mercedes E 320 CDi son las berlinas de referencia en su tamaño, los modelos a superar por sus rivales. Combinan unas carrocerías modernas y elegantes y dos motores turbodiésel de última generación que muestran el desarrollo tecnológico alcanzado por las mecánicas de gasóleo: ofrecen unas prestaciones a la altura de los mejores propulsores de gasolina (243 km/h), una calidad y refinamiento similares y un consumo sorprendentemente bajo para lo que corren.

Modernidad o clasicismo

Los dos modelos que se enfrentan en esta prueba tienen en común la imagen y el prestigio de sus fabricantes e incluyen los sistemas de seguridad más avanzados, la mayoría de serie, y el resto como opción. Pero cada marca ha elegido caminos diferentes para intentar conquistar a sus compradores.

El BMW 530d acaba de salir y aporta una línea de estilo más moderno y vanguardista que rompe un poco con la imagen convencional de las grandes berlinas. Además aporta soluciones innovadoras para conseguir la agilidad de conducción de un coche más pequeño: subchasis delantero de aluminio para reducir peso (de serie), dirección activa y estabilizadoras eléctrónicas (opcionales)...

Cuesta 48.978 euros (cambio automático), está pensado para conductores de edad media que valoran el disfrute al volante y de momento no tiene otras versiones turbodiésel más asequibles, aunque en 2004 llegarán los 520d (150 CV) y 525d (175 CV).

El Mercedes E 320 CDi presenta un planteamiento más clásico que cumple las expectativas de los conductores más tradicionales con alto poder adquisitivo. La carrocería actualiza la imagen de la marca de la estrella con un frontal de cuatro faros que le da un aire más dinámico. Pero sobre todo busca el máximo confort y calidad de acabado con un interior impecable y una suspensión neumática Airmatic (opcional) que marca la diferencia. El E 320 CDi tiene un precio de 48.500 euros y cuenta con una oferta muy amplia en turbodiésel para elegir: 200 CDi de 122 CV (37.200 euros), 220 CDi de 150 CV (40.200), 270 CDi de 177 CV (43.200) y un poderoso 400 CDi de 260 CV (65.000).

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Dos berlinas grandes con mecánicas turbodiésel de última generación. El Mercedes E 320 CDI ofrece una imagen clásica y elegante. El BMW 530d tiene una línea más dinámica con matices deportivos.
Dos berlinas grandes con mecánicas turbodiésel de última generación. El Mercedes E 320 CDI ofrece una imagen clásica y elegante. El BMW 530d tiene una línea más dinámica con matices deportivos.ENRIQUE BROOKING

CONCLUSIÓN

El BMW 530d y el Mercedes E 320 CDi resuelven este enfrentamiento con una gran igualdad: cualquiera de ellos puede cumplir las expectativas de los conductores más exigentes y son dos de los mejores coches que se pueden adquirir en España, tanto por calidad de conjunto como por tecnologías y sistemas de seguridad.

El modelo de BMW se impone por muy poco gracias a la superior potencia y prestaciones que ofrece la última evolución del motor 3.0d turbodiésel. Además tiene un cambio secuencial de seis marchas y una línea más moderna y menos seria. Es la alternativa más apropiada para quienes buscan un comportamiento ágil y una conducción más dinámica, eficaz y divertida en cualquier trazado.

El Mercedes, en cambio, es una propuesta más clásica, tanto por estética como por funcionamiento mecánico. Su diseño aporta una imagen más elegante, y, sobre todo, tiene un interior con más clase y mejor acabado. El motor está entre los mejores turbodiésel y tiene unas emisiones más limpias, pero su tacto y respuesta son menos refinados que los de su rival. En contrapartida ofrece un gran confort interior y la sensación de aplomo y seguridad que distingue a los modelos de la marca de la estrella. Y es la mejor alternativa para quienes valoran más la imagen y la calidad de conjunto que las máximas prestaciones.

Mercedes E 320 CDi Aut.

Diseño de carrocería más clásico, con trazos más redondeados y toda la elegancia de Mercedes. Una línea con mucha clase para conductores más maduros y tradicionales.

Conducción: 52 puntos (2º)

La berlina de Mercedes tiene también una calidad de conducción exquisita y permite viajar sin sentir los kilómetros. El motor 3.2 turbodiésel de seis cilindros en línea y 204 CV es también muy bueno y corre mucho. Sin embargo, tarda más en responder al acelerador y no tiene tanto carácter ni un tacto tan refinado y contundente como el del BMW. Las prestaciones son similares y puede viajar al mismo ritmo, aunque acelera con menos brío, en parte porque el cambio automático / secuencial de cinco marchas es menos avanzado. Y aunque empuja con mucha fuerza desde bajo régimen, se estira menos, hasta 4.500 vueltas, y se nota más que es un diésel.

El Mercedes ofrece también un comportamiento más suave y burgués, pero, a pesar de que prima el confort, en la práctica es igual de eficaz. Las ayudas electrónicas a la conducción (control de estabilidad...) actúan con más precisión y ayudan a conseguir una estabilidad impecable, tanto en zonas viradas como en trazados rápidos, con una capacidad de tracción sorprendente, aunque también acusa un poco más las inercias en las curvas. Las diferencias son de matiz, sobre todo con la suspensión neumática Airmatic (2.176 euros) de la unidad de pruebas, que permite regular la altura de la carrocería y la dureza de la amortiguación y es una opción muy recomendable. En cambio, los frenos eléctricos SBC (de serie) aportan una frenada impecable y más rápida e inmediata: transmiten las órdenes del pedal por impulsos electrónicos y actúan al instante.

Vida a bordo: 51 puntos (1º)

El punto fuerte del Mercedes. El espacio interior es similar, pero da más sensación de amplitud, con un diseño más elegante y una calidad de materiales y acabados superior. El diseño del salpicadero, la instrumentación y la posición de los mandos son muy funcionales, y todo el conjunto está cuidado al detalle para crear un ambiente impecable y acogedor que hace sentirse cómodo y relajado. Además ofrece más huecos para objetos, sobre todo en las plazas delanteras, un apoyabrazos central más grande y unas plazas traseras más altas y con mejor visibilidad. Y el maletero es también algo más grande y está mejor rematado por dentro.

El Clase E ofrece un confort sobresaliente y devora los kilómetros sin que se noten. Las suspensiones filtran todo muy bien, los asientos son cómodos y está bien aislado, pero el motor es menos silencioso, sobre todo al acelerar.

Seguridad: 18 puntos (1º)

Viene de serie con todo lo importante: seis airbags, ABS, frenos SBC y ESP. Y puede incluir como opción radar antichoque (2.816 euros), airbags laterales traseros (473 euros)... El comportamiento es algo inferior, pero frena mejor.

Economía: 24 puntos (1º)

Cuesta 48.500 euros, casi como el BMW, pero viene mejor equipado, sobre todo en accesorios prácticos y calidad de materiales. Aparte del equipo de seguridad incluye climatizador automático, asientos semieléctricos, ordenador de viaje, sensor de lluvia y faros, control de velocidad de crucero, volante multifunción, radio-CD con 10 altavoces, apoyabrazos delantero refrigerado y todo lo habitual. Además cuenta con muchas opciones, pero caras: apertura y arranque sin llave (1.408 euros), control de presión de ruedas (704), etcétera.

El E 320 CDi tiene unos consumos oficiales inferiores al BMW, pero en la prueba ha gastado más: en torno a 9 litros en conducción tranquila y por encima de 11 a ritmos rápidos y en ciudad.

BMW 530d Automático

Línea vanguardista y unos trazos con más carácter que crean una imagen deportiva y moderna. Una berlina grande para conductores de edad media con alto poder adquisitivo.

Conducción: 54 puntos (1º)

El 530d convierte la conducción en un placer, tanto por su funcionamiento mecánico como por el comportamiento, dos virtudes habituales en BMW. Pero lo que de verdad impresiona en este coche, incluso para quienes ya conocen la marca, es el poderío del motor 3.0 turbodiésel de seis cilindros en línea y 218 CV, que, junto al nuevo cambio automático / secuencial de seis marchas, ofrece una respuesta y prestaciones espectaculares. Tiene menos cilindrada que el Mercedes, pero acelera con más brío y muestra una suavidad y contundencia que entusiasman. Responde con fuerza desde bajo régimen, se estira hasta casi 5.000 vueltas en un suspiro y va cambiando de marcha con rapidez sin que apenas se note. Aunque en la práctica corre casi lo mismo que el Mercedes, responde con más carácter al acelerador y tiene un tacto más fino que sólo permite distinguir que es un diésel en frío y al ralentí.

El comportamiento dinámico también es algo más ágil y, sobre todo, más deportivo: se muestra más eficaz en los trazados virados y acusa menos las inercias en las curvas. Sin embargo, la unidad de pruebas montaba la dirección activa (1.485 euros) y las estabilizadoras electrónicas Dynamic Drive (2.538), dos opciones caras, pero recomendables para quien se lo pueda permitir: mejoran la estabilidad y la seguridad. En cambio, los frenos y el ABS, aunque paran con potencia, no son tan eficaces como los del Mercedes. Y la calidad de conducción es similar, con todos los mandos suaves y unas reacciones siempre nobles.

Un coche fácil de conducir que hace sentirse a gusto y disfrutar siempre, ya sea a ritmos rápidos o en conducción tranquila.

Vida a bordo: 50 puntos (2º)

Moderno por dentro y muy bien acabado, pero sin la clase y elegancia del Mercedes. El diseño es más vanguardista, pero se notan mucho más los plásticos y no tiene el empaque de su rival. Las formas voluminosas del salpicadero, la altura de la chapa de las puertas y el gran tamaño de los asientos delanteros reducen la visibilidad y la sensación de desahogo, sobre todo atrás. Además se echan en falta más huecos para objetos porque no hay donde dejar nada. El apoyabrazos central de delante está ocupado por el teléfono, sólo hay posavasos atrás (opcionales por 95 euros) y las bolsas de las puertas son pequeñas. Y aunque tiene un maletero grande, es algo inferior al del Mercedes. En cambio, el sistema de comunicación incluye multitud de funciones, pero no resulta tan intuitivo y fácil de utilizar como el de su rival, especialmente al principio.

Por lo demás, la sonoridad interior está mejor resuelta, el motor es más silencioso y las suspensiones ofrecen un compromiso impecable entre estabilidad, agilidad y confort, lo que permite afrontar viajes largos sin cansarse.

Seguridad: 18 puntos (1º)

El equipo de serie en seguridad incluye seis airbags, ABS, ESP y detector de pinchazos. Y puede añadir radar antichoque (2.821 euros) y airbags laterales traseros (440). Tiene un comportamiento dinámico más ágil, pero los frenos son inferiores a los del Mercedes.

Economía: 24 puntos (1º)

El 530d con cambio automático cuesta 48.979 euros, 500 más que el Mercedes, y el equipo de serie es algo inferior en detalles. Además de los sistemas de seguridad, incluye

climatizador, asientos delanteros semieléctricos, ordenador de viaje, radio-CD, sensor de lluvia y faros, y todo lo habitual.

Los consumos, en cambio, son muy bajos y gasta un litro menos que su rival: sólo 8 litros a ritmos legales, 10 en conducción rápida y en torno a 11 en ciudad.

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