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FÚTBOL | La jornada de Liga

De Pedro pone fin a dos semanas de oscuridad

Denoueix, el entrenador de la Real Sociedad, recurre para el 'derby' vasco a un jugador que se lamenta del acoso sufrido por su familia

Probablemente, Javier de Pedro puso fin ayer a un sufrimiento personal que trascendía a su situación personal en la Real Sociedad. Cuando Raynald Denoueix, el entrenador, decidió dejarle fuera de la convocatoria frente al Racing, hace dos jornadas, luego de ser titular en las dos anteriores, le cambio la vida. Ahora, tras haber sido llamado para el derby contra el Athletic, tiene muchas papeletas para volver a la rutina.

El lenguaje futbolístico, por su sencillez y reiteración, admite muchos dobleces. Cuando De Pedro se quedó en casa ante el cuadro cántabro -sus dos primeros encuentros en el curso habían sido notables-, se pensó automáticamente en las rotaciones como único argumento posible: dosificar la plantilla ante el cúmulo de exigencias competitivas. No en vano le acompañó entonces, en su descanso, Xabi Alonso, un intocable del equipo.

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Cuando De Pedro reincidió, en la Liga de Campeones, en el debú, ante el Olympiakos, el asunto estalló. "Problemas físicos", arguyó Denoueix para explicar su decisión. "Cuando esté en la forma física, en el peso que yo quiero [que esté], volverá a jugar", insistió.

Entre medias, De Pedro acató la decisión y reconoció que su estado no era el mejor posible, probablemente debido a su menor preparación por una lesión en el tendón de Aquiles en la pretemporada que le tuvo parado dos semanas.

Se esperaba que De Pedro bramara. El jugador donostiarra se distingue, en efecto, por dos características: la precisión de su zurda dentro del campo para fabricar goles y la sinceridad de su lengua para dar opiniones fuera de él. Es decir, amenazaba tormenta. "Siempre digo lo que pienso y en esta ocasión también", aseguraba recordando su asentimiento a su menor forma física para afrontar los partidos. "Había jugado los dos primeros encuentros, pero con problemas. Ahora estoy bien", indicó.

El huracán se desató por fuera. Los rumores acosaron su vida personal porque un sector de los aficionados de cualquier equipo siempre está dispuesto a equiparar la baja forma con las malas costumbres o los problemas personales.

"En estos casos siempre se dicen muchas chorradas y en una ciudad pequeña hay un porcentaje mayor de enteradillos que hacen mucho daño. No a mí, pero sí a mi entorno", afirmó ayer De Pedro, encantado de "volver a jugar al fútbol", pero requemado por los infundios que han afectado a su familia, en un nivel similar al que ha vivido más largamente Julen Guerrero en el Athletic.

De Pedro se escapa de un contrario en un partido de la Real.
De Pedro se escapa de un contrario en un partido de la Real.RAÚL CANCIO

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