_
_
_
_
_

Detenido un 'skin' acusado de instigar la trifulca de Castellar del Vallès

Dos cabezas rapadas y dos independentistas, imputados en el caso

La Guardia Civil ha detenido a Abraham F., de 19 años, como "presunto autor de un delito de desórdenes públicos" y, al parecer, como "instigador del enfrentamiento" que se produjo el pasado sábado por la noche en Castellar del Vallès. Abraham, al igual que dos de los otros cuatro imputados por desórdenes públicos, es skin-head. Además, la Guardia Civil ha imputado a otros dos cabezas rapadas y dos jóvenes independentistas, de los que asegura tener indicios de que participaron en los incidentes.

Abraham no es un desconocido en Castellar del Vallès, población de 16.000 habitantes, ni para la Guardia Civil. El 18 de abril ya fue detenido por un delito de agresión de carácter xenófobo. Hasta ayer no se habían producido detenciones por las agresiones provocadas por los cabezas rapadas, según la Guardía Civil, porque "se estaba investigando". Esta circunstancia había creado malestar en la población, ya que la única persona detenida el domingo en que se produjeron los incidentes fue un vecino de 52 años que, según relató, lo único que intentaba era "tranquilizar a la gente y evitar que los jóvenes lanzaran botellas". El vecino fue dejado en libertad con cargos.

La Guardia Civil no ha concretado de qué altercados se considera responsables a Abraham y a los otros cuatro imputados. En las fiestas mayores de Castellar se produjeron varios incidentes. El primero, cuando se concentraron un centenar de skin-heads y boicotearon el concierto del 11 de septiembre lanzando piedras y botes de humo contra el escenario.

El domingo pasado por la noche hubo otro incidente, en este caso con grupos de jóvenes de Castellar. La Guardia Civil intervino con una carga que ha sido muy criticada por los vecinos, hasta el punto de que todos los grupos municipales exigieron "responsabilidades" a la delegada del Gobierno por lo que calificaron de carga "indiscriminada". La Delegación del Gobierno respondió que la actuación fue "correcta" y que con ella se evitó el "enfrentamiento entre dos grupos". Los vecinos de Castellar discrepan de esta versión. Un joven que quiso mantener el anonimato afirmaba ayer: "No había tal enfrentamiento entre dos grupos. Simplemente la Guardia Civil protegía a los skins".

Prioridad de Bouis

La delegada del Gobierno, Susanna Bouis, reiteró ayer que la lucha contra la violencia gratuita de los cabezas rapadas es "una prioridad" y añadió que se están elaborando "planes de actuación conjuntos entre la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía de Sabadell, Terrassa y Castellar del Vallès". Bouis precisó. "Necesitamos la colaboración de los ciudadanos para que denuncien estos hechos y poder así actuar con toda firmeza". Según Bouis, se "utilizan todos los recursos policiales y judiciales para que no exista la más mínima tolerancia contra estos grupos".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El pasado martes, un millar de personas, según fuentes municipales, realizaron una cacerolada en la plaza mayor de Castellar contra "la violencia fascista". Aquella misma noche, la policía local desplegó un dispositivo especial en el entorno de la concentración e identificó a 15 skins. No es la única iniciativa de los vecinos. El domingo 28 tienen previsto montar otra fiesta contra la "violencia fascista". Y desde hace días vienen reuniéndose para discutir cómo atajar el problema de los cabezas rapadas.

Los vecinos tienen miedo. El Ayuntamiento ha ofrecido asesoramiento jurídico a quien quiera presentar denuncia. "En Castellar puede haber una treintena de skins, pero el problema se agrava cuando se juntan con otros grupos de fuera de la población", admiten fuentes de la Policía Local. El pasado 11 de septiembre llegaron a concentrarse un centenar.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_