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El Urquijo subcontrata con IBM toda su administración

El acuerdo pionero ahorrará costes al traspasar empleados

Íñigo de Barrón

El Banco Urquijo ha alcanzado un acuerdo con la multinacional IBM por el que le traspasa los procesos administrativos, denominado back office, que incluyen la gestión de nóminas, de compras y gastos, así como las tarjetas. El pacto supone el traspaso de los empleados dedicados a esta tarea, lo que facilitará el ahorro de costes. La operación, novedosa en España, puede servir de camino para otras entidades.

El Banco Urquijo, propiedad del grupo luxemburgués KBL desde que la familia March lo vendiera en 1998, ha decidido soltar lastre y centrarse en su negocio. La entidad está especializada en clientes de alta renta y no atraviesa un momento boyante, ya que el resultado neto del grupo cayó un 27% hasta junio pasado, como consecuencia, en parte, por la debilidad de los mercados.

El Urquijo, dirigido por Alfonso Álvarez-Tolcheff, ha dado el paso que otras entidades estudian desde hace tiempo: subcontratar todos los procesos administrativos y mantener el control sólo sobre las operaciones que directamente forman parte del negocio básico, es decir, la gestión de patrimonios. Fuentes oficiales de la entidad declinaron realizar comentarios sobre la operación, si bien el acuerdo ha sido confirmado en medios cercanos a la negociación y cuenta con el apoyo del Banco de España.

Servicios centrales

Desde la puesta en marcha del acuerdo, todo el papeleo del que se ocupan los servicios centrales quedará en manos del gigante de la informática, sin que los clientes del Banco Urquijo, que poseen unos 60.000 cuentas corrientes, perciban ningún cambio. IBM se encargará de la gestión de las nóminas, de las compras, de los gastos generales y de las tarjetas.

Los beneficios para ambas partes son evidentes: el banco se desprende de la plantilla que ahora se dedicaba a estas labores (tiene algo menos de un millar en total, tras realizar diferentes prejubilaciones), mientras que IBM cobra una cantidad por el servicio prestado. La reducción de gastos es un asunto urgente en el Urquijo, ya que su eficiencia (que mide lo que suponen los gastos en relación con los ingresos) está situado en el 78%, una cifra peor que la media del sector, situada cerca del 58%.

Uno de los puntos clave del acuerdo ha sido el de la confidencialidad de los ficheros de clientes. La multinacional informática se compromete a guardar celosamente los listados de clientes y, por supuesto, a no hacer ningún uso de ellos. Además, debe ir renovando los equipos para ofrecer los sistemas más avanzados en el tratamiento de los datos.

Al largo proceso de externalización del Banco Urquijo se presentaron un gran número de empresas de servicios. Como reconocen en el sector, no ha sido una casualidad que el elegido final fuera IBM, ya que la empresa presidida por Amparo Moraleda mantiene una larga relación con el banco luxemburgués. En 1995 firmaron un acuerdo por el que IBM se comprometió a realizar los servicios de explotación y gestión de sus sistemas por un plazo de diez años, conocido como outsorcing.

IBM no tiene exclusividad con el Urquijo en este servicio. De hecho, en el sector financiero se espera que otras entidades sigan el camino de este banco, porque la reducción de costes se ha convertido en un tema de máxima prioridad tras la fuerte caída de los márgenes del negocio. "La experiencia que IBM adquiera con este acuerdo será una guía para futuros procesos", indican fuentes cercanas a la operación. Hasta ahora, un número importante de bancos y cajas tienen subcontratados los servicios informáticos, pero no otras divisiones de la empresa.

El primero ejecutivo en anunciar la necesidad de que las entidades financieras sacaran de sus tripas todo los trámites del papeleo, fue Alfredo Sáenz. Al poco tiempo de llegar a la presidencia de Banesto, Sáenz dijo que "sólo la estulticia [necedad o tontería] de los banqueros impide que este necesidad sea una realidad". Años más tarde, predicó con el ejemplo. Banesto y su matriz, el Santander Central Hispano, del que ahora es consejero delegado, han creado una sociedad conjunta por la que el SCH adecúa los procesos informáticos más relevantes de su filial y los adapta a sus sistemas. Lo único que queda fuera de esta sociedad es la comercialización de los productos financieros y la estrategia que sigue cada entidad en las oficinas.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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