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Reportaje:MUJERES

Las rebeldes de Liberia

Hartas ya de estar hartas se unieron. Hartas de sufrir violaciones, torturas, asesinatos y desmanes por parte de las brutales fuerzas armadas del Gobierno de Charles Taylor, un equipo de mujeres liberianas dijo un día "¡basta!". Y "basta" en una Liberia que ha pasado por 14 años de guerras, caos y barbarie significa tomarse la justicia por su mano, empuñar las armas y disparar antes de preguntar a todo soldado descontrolado sospechoso de llevar el sello de la prepotencia, el robo, el terror y el derecho de pernada.

Muchos de esos soldados de las tropas de Taylor son niños menores de 12 años obligados a batallar sin haber recibido formación o disciplina militar alguna. Campan por su respeto y suelen entregarse a los asaltos cargados de marihuana y de crack. Bajo los efectos que les confiere el papel de héroes, se cobran el salario que el Gobierno no les paga saqueando pueblos y ciudades, y abusando de los cuerpos de niñas y mujeres. En ocasiones, no reparan en asesinarlas después de cometer actos atroces; a ellas y a sus esposos y familias, en campañas que estos imberbes asilvestrados denominan "operación páguese usted mismo".

Las raíces del impulso batallador de los Comandos de Artillería de Mujeres se encuentran en una infancia de abusos vividos como víctimas y como testigos
Saben que lo importante es mantenerse implacables y evitar cualquier atisbo de 'sensiblería' que pueda conducirles a la duda a la hora de apretar el gatillo

Hartas ya de estar hartas, bajo las iniciales WAC (Comandos de Artillería de Mujeres, siglas en inglés), estas mujeres se aliaron en 1999 al movimiento rebelde contrario a Taylor más importante -Liberianos Unidos por la Reconciliación y la Democracia (LURD)-, organizado ese mismo año por el guerrillero Sakou Damate Conneh Jr. contra el presidente de Liberia.

Fueron entrenadas en sus filas y pasaron después a empuñar las armas, bajo el mando de la coronel Black Diamond (Diamante Negro), convertida en la cabeza del cuerpo auxiliar de mujeres del LURD. Sus edades oscilan entre los 20 y los 25 años.

Una líder temeraria

La peluca, los collares y las ropas ajustadas forman parte del uniforme improvisado de las sublevadas, cuyo único fin aquel día en que se unieron era el de acabar con Taylor -al que acusan de atrocidades y de corrupción- y con los atropellos de los soldados que le sustentaban antes de que se viera obligado a abandonar el país y exiliarse a Nigeria el último agosto.

Las raíces del impulso batallador de las rebeldes de Liberia se encuentran en una infancia de abusos vividos como víctimas y como testigos. La madre de Black Diamond fue asesinada durante la guerra civil (1989-1996), pero la coronel prefiere no decir cómo ni cuando ocurrieron los hechos. Tampoco Diamond quiere dar detalles sobre los abusos que padeció a manos de las tropas de Taylor. "Si hablara de ello, lloraría", afirma. "No más violaciones", añade con rotundidad en declaraciones que recoge la agencia Associated Press. "Acabaremos con ellos". En su entorno, son muchos los que saben lo que Black Diamond se esfuerza por olvidar: fue víctima de repetidas violaciones a manos de un grupo de los soldados impagados de las fuerzas de Charles Taylor.

Black Diamond y sus compañeras, que han pasado por experiencias similares o provienen de campos de refugiados de Guinea y Sierra Leona, saben que lo importante es mantenerse firmes, duras, implacables, y evitar que se introduzca en su misión cualquier atisbo de sensiblería que pudiera conducirles a la duda ante el impulso de apretar el gatillo del rifle de asalto AK-47 que llevan al hombro o del Colt 38 que calzan a la cadera.

Como si de los siete samurais se tratara, metidas en acción, las más activas (siete, según France Presse) avanzan como una sola mujer, con la mirada concentrada en un punto: el enemigo. Cargan su Kaláshnikov, descienden de una camioneta plateada Mitsubishi y se lanzan al ataque contra saqueadores y violadores bajo el lema que repite Black Diamond: "Luchar por echar a Taylor. Matar. Acabar con ellos".

La rabia concentrada y almacenada por haber sido violadas, algunas, capturadas para ser convertidas en esclavas domésticas y sexuales de los hombres de Taylor, es su energía. "Perdí a mis padres durante la guerra civil", dice Black Diamond, "y ya no tengo nada que perder. Cuando sientes rabia, te vuelves valiente". La rebelde tiene una hija, Pequeña Diamond, de 10 meses, que dejó en un campo de refugiados de Guinea y de la que lleva una foto en el bolsillo de la cazadora. "Traeré a mi hija ahora que nuestra misión ha terminado y Taylor se ha ido, y volveré a la escuela", asegura.

La coronel Black Diamond (en el centro, con gafas oscuras) patrulla junto a varias guerrilleras por una calle de Monrovia, en una imagen tomada el pasado agosto.
La coronel Black Diamond (en el centro, con gafas oscuras) patrulla junto a varias guerrilleras por una calle de Monrovia, en una imagen tomada el pasado agosto.AFP

Lange, horrorizada

La actriz Jessica Lange, embajadora de buena voluntad de Unicef, se ha mostrado horrorizada esta semana por la violación sistemática de mujeres y niñas en el Congo, y ha denunciado la poca atención que presta la comunidad internacional al tema. A su regreso de un viaje por este país, en el que visitó hospitales y campos de refugiados, Lange denunció que los combatientes de los grupos armados siguen cometiendo abusos sexuales contra las mujeres y niñas, como una forma de castigo "por haber apoyado al enemigo", violaciones que en muchos casos terminan con el contagio del sida.

Contra la ablación

El Gobierno de Sudán, el país africano con el mayor número de casos de mutilación genital femenina del mundo, se ha comprometido a prohibirla, según ha dicho esta semana el ministro de Sanidad, Ahmed Osmán Bilal, quien anunció fuertes penas para los médicos que sigan practicando estas operaciones. Casi el 90% de la población femenina del norte del país es mutilada, en muchos casos en la forma más extrema, conocida como infibulación, es decir, la colocación de un anillo u otro obstáculo en los genitales para impedir el coito, según datos de Unicef.

La 'Gran Hermana'

La ganadora de la versión africana del concurso televisivo Gran Hermano, Cherise Makubale, de Zambia, ha sido nombrada embajadora de buena voluntad de su país para promover el turismo. Makubale, de 24 años, participó junto con otros 11 representantes de distintos países de África y logró ganar el premio de 100.000 dólares tras permanecer 106 días en la casa. El concurso batió récords de audiencia en todo el continente. A su regreso del encierro, el pasado miércoles, Makubale fue recibida por el presidente de Zambia, Levy Mwanawasa, quien le hizo entrega del pasaporte diplomático.

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