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Reportaje:FÚTBOL | Segunda jornada de Liga

El arranque de La Bestia

El Sevilla tiene en Baptista a un medio "potentísimo" y con gran llegada

Juan Morenilla

A Julio César Baptista, jugador del Sevilla, le bautizaron en Sao Paulo como La Bestia y en el Sánchez Pizjuán ya han descubierto la causa de su apodo. A sus 21 años, este centrocampista brasileño que el domingo desarboló al Atlético es toda una fuerza de la naturaleza. "Es verdad, es una auténtica bestia", dice su compañero Reyes. Ante el Atlético, en su primer partido de Liga en España, el brasileño llevó de calle a la defensa rojiblanca, que no pudo frenarle en sus arrancadas ni evitar su llegada desde atrás en el gol del triunfo del Sevilla (1-0) a pase de Reyes.

Nacido en el barrio de Vila Sonia, en Sao Paulo, Baptista entró con 12 años en las categorías inferiores del conjunto paulista tras dar sus primeros pasos en el equipo de los Pequeninos. Ya entonces comenzó a moldear un físico que le permitió ascender con 18 años al primer equipo y apoderarse de un puesto de titular. En 2000 fue campeón del Torneo Paulista y en 2001 el entrenador Emerson Leao le convocó con la selección de Brasil. Baptista ha sido internacional absoluto en 11 ocasiones, y el mes pasado se proclamó subcampeón de la Copa de Oro de la Concacaf que la selección sub 23 de Brasil disputó en México.

Las facultades físicas de Baptista, que mide 1,83 y pide 72 kilos, amplían su polivalencia. En el Sao Paulo jugó siempre como centrocampista defensivo, cerca de los centrales, lo que disminuyó sus posibilidades de llegar a la puerta contraria. En 55 partidos en sus tres últimas temporadas en Brasil anotó 10 goles; en el Sevilla ya ha celebrado tres. Marcó dos tantos en un amistoso contra el Linense, en pretemporada, y el primero del Sevilla en la Liga, contra el Atlético. Y, sobre todo, asombró al Sánchez Pizjuán el día de la presentación del equipo, contra el OFK Belgrado, cuando agarró el balón en el centro del campo y regateó rivales hasta llegar él solito al área contraria, donde únicamente le pararon mediante un penalti. El conjunto sevillano envía cada mes un ojeador a Brasil, y en uno de sus viajes echaron el lazo a Baptista, fichado por 2,5 millones de euros y por quien también se había interesado el Bayer Leverkusen. No en vano se habla de él como una de las grandes promesas del fútbol brasileño.

"Es muy fuerte, pero también tiene una gran técnica, y mucha llegada", dice Monchi, director deportivo del Sevilla. "Se nota que es brasileño por su calidad individual. Además, es potentísimo y rápido, aunque todavía le queda adaptarse al ritmo de la Liga española", añade su técnico, Joaquín Caparrós, quien incluso ha modificado su habitual 4-4-2 para dar entrada a Baptista por delante del doble pivote, Casquero y Martí, y justo detrás de Darío Silva, otro jugador muy físico. Gallardo y Reyes ocupan las bandas.

Baptista ya disputaba el campeonato brasileño cuando llegó a España, por lo que su adaptación ha sido más rápida. Después de los entrenamiento ensaya el lanzamiento de faltas, y fuera del campo estudia español y aparece siempre junto al otro brasileño del equipo, el lateral derecho Daniel Alves, con quien comparte piso mientras busca una vivienda, se compra un coche y aprende español.

Baptista, en el partido ante el Atlético.
Baptista, en el partido ante el Atlético.ALEJANDRO RUESGA

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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