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Las tortugas vuelven a casa

La ola de calor lleva a la Generalitat a declarar la alerta máxima de riesgo de incendios

Dos tortugas marinas fueron liberadas ayer por la mañana en la playa de la Nova Icària de Barcelona, en una de las jornadas más calurosas del verano, tras haberse recuperado gracias a la protectora de animales WWF/Adena y la Caja de Ahorros del Mediterráneo, impulsoras de la campaña A Fondo 2003, que recorre las playas de Barcelona, Mallorca, Valencia, Alicante y Murcia.

Patapalo, una de las tortugas liberadas, sufría una gangrena grave en una aleta por haber quedado atrapada en una red de pesca y ya está restablecida. Barriga, la otra tortuga, se encontraba en estado grave por haber ingerido plásticos, lo que le había producido una obstrucción intestinal y una fuerte gastritis. El animal llegó totalmente desnutrido y deshidratado a la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos. Al igual que Patapalo, otra vez se encuentra en el mar y en óptimo estado. Ambos ejemplares pertenecen a la especie Caretta caretta, conocida como tortuga boba, la más habitual en la costa española. Pero éstos no son casos aislados. Cada año mueren miles de tortugas marinas atrapadas por redes de pesca y anzuelos. En el Mediterráneo son capturadas accidentalmente más de 60.000 tortugas al año, 20.000 por la flota española.

La Dirección General de Emergencias de la Generalitat emitió ayer un aviso de riesgo de nivel 1 de incendios -el más alto- a causa de la ola de calor, que continuará durante algunos días más. El Instituto Nacional de Meteorología (INM), por su parte, dio a conocer un balance de las temperaturas del pasado mes de julio. El 16 fue el día más caluroso en Barcelona: el INM registró 34,2 grados en el aeropuerto de El Prat de Llobregat. Las temperaturas medias en Cataluña batieron marcas anteriores: en la estación de El Prat se situaron en 27 grados, superando en 1,3 grados el registro de 1994.

Una de las tortugas abriéndose paso hacia el mar, ayer, en la playa de la Nova Icària de Barcelona.
Una de las tortugas abriéndose paso hacia el mar, ayer, en la playa de la Nova Icària de Barcelona.MARCEL.LÍ SÀENZ
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