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Reportaje:

De cabreros a profesores

23 jóvenes conocen en un campo de trabajo cómo era la vida de los pastores en Sierra Mágina

Gregorio Vidal y Ángel Lanza nunca imaginaron que, después de toda una vida dedicada al campo y al pastoreo, y con cerca de 80 años, llegarían a convertirse en los profesores. El curso En Mágina con los pastores ha reunido a un total de 23 jóvenes españoles en Albanchez de Mágina (Jaén), donde se desarrolla uno de los campos de trabajo que el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ) organiza este verano.

Limpiar y acondicionar senderos que conectan con antiguas vías agropecuarias y desenterrar una era donde Gregorio y Ángel recuerdan ver a sus abuelos trillar el trigo y la cebada son algunos de los trabajos que Israel, de Huelva; Leire, de Bilbao; Libertad, de Burgos; y Amaya, de Pamplona han desarrollado durante estos días.

Pero sin duda, donde Gregorio y Ángel han jugado un papel decisivo ha sido en la construcción, "como entonces", puntualiza Vidal, de las chozas que los pastores levantaban en el monte para resguardarse de las inclemencias del tiempo. Ángel Lanza recuerda cómo se veían obligados a permanecer lejos de casa durante meses mientras cuidaban el ganado. Por eso, "lo primero era construir un refugio para dormir, comer y ocultarse del calor o las tormentas", explica Lanza. Sirviéndose de lo que ofrece la naturaleza: la piedra para la base, los horcones de encina para el esqueleto y la hiniesta y el lastón, dos tipos de vegetación, para la techumbre, los 23 jóvenes han levantado con sus propias manos una de estas chozas que, "como sistema constructivo ya se utilizaba en la prehistoria", subraya Francisco Cuenca, uno de los coordinadores. También han aprendido otro tipo de construcción a base de losas de piedra adosadas sin ningún tipo de cemento o argamasa que, por medio de hiladas, llega a adquirir la forma de un iglú y que se conoce como caracol de piedra.

La mayoría de los jóvenes, entre los 18 y 23 años, reconoce que la experiencia ha sido "todo un descubrimiento", pero no sólo por lo que han aprendido y el trabajo desarrollado, sino por la posibilidad de conocer una comarca como la de Sierra Mágina. Parte de ellos imaginaban Jaén como una inmensa llanura de olivos. Sin embargo, "el gran impacto ha sido comprobar la variedad de los paisajes de Mágina y las numerosas fuentes de sus parajes", destaca Antonio Lagunas, director del campo de trabajo.

Los jóvenes también han elaborado queso de oveja de forma artesanal y han participado en diferentes talleres, como el de catas de aceite de oliva. Además, han realizado diferentes excursiones por los senderos de Sierra Mágina y han aprendido a fabricar hondas de pastor, algo similar a un tirachinas que se utilizaban para asustar a las ovejas que se desviaban del camino y reagrupar así al rebaño.

Para Eufrasio Ortiz, alcalde de Albanchez de Mágina, esta experiencia de transmisión de la cultura, las costumbres y las formas de hacer tradicionales, "es un ejemplo de que el desarrollo sostenible es posible, como la armonía entre el crecimiento económico y el respeto por la naturaleza". Y buen ejemplo de ello es la vida de Gregorio Vidal y Ángel Lanza, junto a la de todos sus antepasados.

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