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Entrevista:JOSÉ LUIS RUBIERA | Ciclista del US Postal | TOUR 2003 | Armstrong se une a Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain

"Veo a Armstrong venir a por el sexto"

Carlos Arribas

José Luis Rubiera (Gijón, 1973) es el gregario de confianza de Lance Armstrong en la montaña. Ayer terminó su tercer Tour,más complicado que ninguno.

Pregunta. Ante ustedes, José Luis "Chechu" Rubiera, ganador de tres Tours.

Respuesta. He corrido tres Tours y mi jefe de filas, Armstrong, ha ganado los tres, lo que no está nada mal.

P. Y aunque su jefe lo haya tenido más complicado que otros años, a usted se le ha visto más fuerte que nunca.

R. No sé. Mi valoración es similar a las anteriores. Tenía que estar en la montaña y el primer año estuve, el segundo estuve y el tercero estuve. Aunque quizás este año se nos hizo más duro por la tensión de tener una general tan ajustada entre Armstrong y Ullrich; y el equipo tuvo que trabajar distinto, quizás menos que otros años incluso, porque hubo unos días, cuando nosotros metimos gente en las escapadas, en los que la responsabilidad recayó sobre otros, pero trabajamos con mayor tensión, y eso desgasta también.

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P. Menudo Tour, lleno de peripecias y percances.

R. Ha sido sin duda su Tour más difícil. En otros, aparte de su superioridad, el equipo estaba más fuerte. Y ese detalle unido al de las caídas, por ejemplo, hizo del Tour de este año más duro, con más presión. Más nervioso. Lo que significa que Lance estuviera peor. Llevaba tanta tensión y concentración que podía esquivarlo todo. Y el día de Beloki, cuando su ciclocross, me dijo que iba pendiente de las vallas publicitarias que cerraban la salida del prado, calculando para recortar de tal forma que tuviera salida. Iba pendiente de todo.

P. El mundo dudó, los rivales de Armstrong,, la prensa, los especialistas... ¿Dudó usted de que el quinto Tour sería posible?

R. Tanto como dudar, no, pero el momento más bajo fue la contrarreloj. Y no porque la hiciera mal, que al fin y al cabo fue segundo, sino porque la ventaja que le sacó Ullrich fue excesiva. Y también porque nos preocupamos al saber que se había deshidratado y perdido más de cinco kilos. Recuperarse de una deshidratación así siempre lleva tiempo, y sabes que al día siguiente o en dos días, en las dos primeras etapas de Pirineos, no va a poder estar al cien por cien.

P. En las conferencias de prensa de sus días malos, aparecía calmado y tranquilo, como si de verdad lo tuviera todo controlado.

R. Así es él, es la impresión que siempre te llevas, a excepción del susto que se llevó en la contrarreloj de Cap'Découverte, el resto de los días todo parecía normal.

P. Durante el Tour se ha creado el mito de un Armstrong nuevo, capaz de disculparse por haber hablado de más acerca de Triki Beltrán, por ejemplo.

R. No, no es cierto que se disculpara, pero sinceramente creo que nos equivocamos ese día. Triki obedeció a las indicaciones de Bruyneel, el director. Pero Triki es nuevo en el equipo, estaba pendiente, yo creo, de renovar y en un afán excesivo de hacerlo demasiado bien...

P. Le fue a imitar a usted, el sprint que lanzó hace dos años también al inicio de Alpe d'Huez...

R. Se pasó. La idea era cambiar el ritmo en la subida varias veces. Sabíamos que era lo que más daño hace a Ullrich, un corredor pesado, diesel, que tiene que coger su propia marcha, al que haces más daño si le haces cambiar varias veces de ritmo. Pero Triki, en un intento de hacerlo muy, muy bien nos sacó a todos de punto.

P. Y, en cierta forma, desnudó las carencias de Armstrong.

R. Analizándolo ahora, creo que aquel día fue decisivo para el Tour, porque le podríamos haber sacado más tiempo a Ullrich.

P. Lo habrá llevado mal Beltrán.

R. Estaba muy preocupado porque le llegaban noticias de que la prensa en España decía que él había interpretado mal las órdenes.

P. Armstrong dijo que le había ordenado "fast" (rápido), no "very fast" (muy rápido) y que había salido "supersónico".

R. Y tanto, hizo los primeros 500 metros, incluso más, con plato grande, no lo quitó. Yo iba aguantando, aguantando, pero sabía que cuando se abriera él yo también tendría que ceder. Él se abrió y, como se suele decir,"'arrancada de caballo, parada de burro", y es lo que hice, una parada de burro, 300 metros a un ritmo de risa.

P. Y gracias a ello, usted ha tenido más oportunidad de chupar cámara, hasta se escapó en los Pirineos, en el Pailhères.

R. Yo iba muy cómodo, sin relevar porque tenía al boss detrás, y hasta pensé que tendría la posibilidad de ganar la etapa, pero el Saeco empezó a tirar porque no se había metido Simoni, perdí la renta y no pude disputar la victoria.

P. Tres años con Armstrong. ¿Ha evolucionado a su lado o sigue siendo el mismo?

R. Sigo teniendo aspiraciones en la Vuelta, que este año sale de mi ciudad, Gijón, y tengo muy claro mi papel en el Tour. Creo que he evolucionado en la montaña, voy mejor que cuando estaba en Kelme, y también tengo más experiencia. Y como el calendario en este equipo es bastante más cómodo, y además por problemas físicos añadidos, este año he llegado al Tour con sólo 15 días de competición.

P. Calendario de un señorito.

R. De los 120 días de competición en Kelme he bajado a 80. Así puedo estudiar más en invierno y ya he terminado la carrera, ya soy ingeniero técnico industrial después de 10 años matriculado. Empezaba a estudiar en octubre, dos tres horas diarias, y me examinaba en febrero. Colgaba los libros entonces y me volvía a la bicicleta.

P. Las apuestas ya están en marcha. ¿Ve usted a Armstrong venir en 2004 a por el sexto Tour?

R. Sí, sí le veo, sí. Yo, cuando le veo entrenarse, su capacidad de entrenamiento y sacrificio diario para llegar al Tour, me sorprende. Y no creo que esa capacidad la vaya a perder en unos meses. La desgana se puede vislumbrar según se acerca, se asoma. Pero ni de lejos se le ha visto. En todas las concentraciones sigue mostrando una capacidad física de asimilación de trabajo excepcional -yo intenté seguir su plan una vez y acabé fundido-; y está también su capacidad de sacrificio, se seguir su programa llueva, nieve o hiele.

P. También, vistas las dificultades del quinto Tour, se puede pensar que su ciclo se está acabando, que no durará un año más. Y él es un campeón que, seguramente, no correrá un Tour que piense que no puede ganar.

R. Vale, puede que su ciclo esté acabándose, pero también creo que este Tour se dieron una serie de circunstancias que han acelerado esa impresión, o que generan esa impresión que no es real. Él es consciente de eso y es una razón más, creo, para demostrar que su ciclo no está acabado, para venir el año próximo, porque él conoce mejor que nadie todas las circunstancias que pudieron llevar al mundo a engaño, a un Tour más ajustado. Además, todo el equipo termina contrato en 2004, por lo que su idea, seguro, era construir el equipo hasta su sexto Tour.

Chechu Rubiera en una etapa de la Vuelta a España del año pasado.
Chechu Rubiera en una etapa de la Vuelta a España del año pasado.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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