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Reportaje:CAMPEONATOS DEL MUNDO DE NATACIÓN | La actuación española

Los chicos hacen agua

Sólo la actuación femenina y las pruebas no olímpicas salvan a España de un flojo balance en sus Mundiales

Robert Álvarez

"Soplar no es tocar la flauta, tenéis que mover los dedos". La frase de Goethe figuraba en las cuartillas en las que a los nadadores españoles les recordaba el seleccionador, Carles Subirana, sus deberes diarios. La partitura ha sido mucho mejor interpretada por las chicas que por los chicos. El sabor que ha dejado el equipo es agridulce. Los dirigentes y muchos entrenadores se aferran a tres datos: las seis medallas obtenidas en el cómputo global, además de los cinco finalistas y nueve semifinalistas en natación, suponen la mejor actuación española en unos Campeonatos del Mundo. Con ser ello cierto, los números no enmascaran lo lejos que todavía queda España de la élite en una disciplina de la importancia de la natación. La evolución en deportes como el atletismo, el tenis, el ciclismo, el yudo, la gimnasia o en varios de equipo como el propio waterpolo, pese al tropiezo en Barcelona, no tiene reflejo en las pruebas de piscina.

España se ha beneficiado de la eclosión de modalidades ajenas a la pileta caso de Gemma Mengual, una deportista fuera de serie en sincronizada, o de David Meca, el talentoso tragamillas en aguas abiertas. No hay síntomas de que el salto de calidad que se ha producido en otros deportes pueda repetirse a corto plazo en la natación. Quienes han competido en Barcelona van a formar el grueso de la representación española en los Juegos Olímpicos del próximo año en Atenas. Pero lo sucedido en Barcelona no puede servir de referencia. De las seis medallas conquistadas por los deportistas españolas sólo una, la obtenida por el dúo formado por Gemma Mengual y Paola Tirados en sincronizada, lo ha sido en una prueba olímpica. No se podrá aspirar a repetir en Atenas el resto de metales obtenidos en Barcelona sencillamente porque las pruebas de aguas abiertas no son olímpicas, al igual que los 50 espalda, especialidad en la que Nina Jivanevskaia logró el oro, ni las pruebas de solo y combo de la sincronizada, en las que España fue bronce (Gemma Mengual) y plata.

"Valoramos el ranking, el puesto logrado por el nadador y si ha mejorado su marca o no", explica Subirana. "Desde ese punto de vista, los objetivos han sido superados". El seleccionador español lamenta que la infección de muelas que sufrió Laura Roca mermase la actuación del equipo de relevos, 4x200, que, a su entender, puede optar a medalla el año próximo en Atenas. También lamentó que David Ortega tuviera un fallo en los últimos cinco metros y, aún así, la "mala suerte" de no haberse clasificarse para la final de los 50 espalda por una centésima.

Contraste

El contraste entre los resultados de los nadadores y las nadadoras -los ocho récords de España fueron batidos por ellas-, lo atribuye Subirana a que las chicas son más disciplinadas y poseen mayor capacidad de sufrimiento. Y a una conjetura: "Puede que a los chicos les falte ambición". A la mayoría de los nadadores españoles les cuesta alcanzar las mínimas para los Mundiales y efectúan estrategias de carrera en pruebas de mucha menor importancia. En los Mundiales, apenas pueden tirar de estrategia, deben luchar por la marca y suelen topar con dificultades añadidas como nadar por calles laterales a las que no están habituados.

El varapalo se lo llevó el waterpolo. La selección de Joan Jané soñaba con su tercer título mundial consecutivo pero su única derrota, en cuartos de final ante Serbia, la relegó a la lucha por un quinto puesto en la que no fallaron. Fue su peor actuación en unos campeonatos de rango mundial desde 1988, lo cual revela su excepcional nivel.

Nina Jivanevskaia, tras vencer en los 50 espalda
Nina Jivanevskaia, tras vencer en los 50 espaldaCARLES RIBAS
Gemma Mengual durante su actuación en solo.
Gemma Mengual durante su actuación en solo.CARLES RIBAS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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