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Reportaje:

De Sant Jaume al Palau

El Barcelona ya no alterará la vida ciudadana al celebrar sus títulos

Robert Álvarez

No hubo ofrenda en la basílica de la Mercè ni en los balcones de la plaza Sant Jaume, a un lado el de la Generalitat y al otro el del Ayuntamiento. Los nuevos aires que se respiran en el Barcelona desde que lo preside Joan Laporta se vieron traducidos ayer en el cambio de escenario de los festejos. Por vez primera desde hace muchos años, los títulos de Liga alcanzados por los equipos de baloncesto, tras ganar en Valencia por 74-82 al Pamesa (0-3), y de hockey sobre patines, tras vencer por 2-3 al Noia, se celebraron en el Palau Blaugrana.

Las voces que discrepaban sobre la liturgia impuesta por la directiva del Barça a la hora de festejar los triunfos de sus diferentes equipos venían alzándose desde hace tiempo, aunque con sordina para no herir susceptibilidades religiosas o políticas. Para los aficionados resultaba incómodo agasajar a sus ídolos en la plaza Sant Jaume, con un aforo insuficiente. El Ayuntamiento ya había advertido de los peligros de avalanchas, sobre todo cuando el vitoreado era el de fútbol, aunque la última vez fue hace ya cuatro años. La plaza Sant Jaume está ubicada además en el centro histórico de la ciudad, rodeada de varias calles muy estrechas. La accesibilidad se hacía difícil. Es más, los festejos en la zona suponían un inconveniente para los vecinos, que, en ocasiones, veían con perplejidad cómo, en el marasmo, la Guardia Urbana les ponía trabas para tener acceso a sus domicilios.

Balance histórico

Laporta anunció, antes de tomar posesión de la presidencia del Barça, que los títulos se celebrarán en los recintos deportivos porque se entiende que ofrecen una mejor infraestructura y comodidad y, en definitiva, constituyen el contexto más adecuado para ello. Únicamente en ocasiones muy especiales -si el equipo de fútbol lograse la Liga de Campeones- podría repetirse el ritual de las visitas a la Mercé y a la plaza Sant Jaume.

El balance del equipo de baloncesto ha sido histórico con la consecución de las tres competiciones mayores: Euroliga, Liga y Copa. Su entrenador Svetislav Pesic, aprovechó la ocasión, nada más consumar el logro en Valencia, para reivindicar la ampliación del Palau Blaugrana. El pabellón empieza a ser vetusto, pues se inauguró en 1971, y en muchos encuentros su aforo, de 8.000 espectadores, ha sido insuficiente para satisfacer la demanda de entradas. Se antoja muy difícil la posibilidad de ampliarlo porque su capacidad ya fue aumentada en 3.000 localidades en 1994, poco después de que el equipo de baloncesto regresara a su sede tras la etapa iniciada en 1991 en la que pasó a tener como pabellón el Palau Sant Jordi.

La difícil situación económica que atraviesa el Barça parece hacer imposible que afronte la construcción de un pabellón, al menos a corto plazo. Los aprietos en tesorería también harán más difíciles las negociaciones para renovar a De la Fuente y afrontar las opciones de renovación de los contratos de Navarro y Jasikevicius. El club, en principio, desea mantener el bloque de jugadores.

Los jugadores y técnicos del Barça, en el Palau Blaugrana anoche.
Los jugadores y técnicos del Barça, en el Palau Blaugrana anoche.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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