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Crónica:FERIA DE SAN ISIDRO | LA LIDIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cogida menos grave de Fernández Meca

Antonio Lorca

El diestro francés Fernández Meca resultó herido menos grave en el muslo derecho al ser volteado por el primero de la tarde cuando toreaba por redondos. El toro lanzó un derrote seco, y en cuanto el torero se levantó se vio claramente que estaba herido. Le aplicaron un torniquete y quiso continuar la lidia, pero el dolor le impidió llegar de nuevo a los terrenos de su oponente. Con el rostro demudado, se echó en manos de las asistencias que lo trasladaron a la enfermería.

Todo ocurrió al final de una faena larga, cuajada de altibajos, a un toro muy mal presentado, manso y encastado, que exigía una muleta poderosa y que embestía con largura y fijeza cuando se le citaba por derecho. Un toro que pedía sometimiento, con el que había que jugársela a cara o cruz para conseguir el triunfo. Pero Fernández Meca anduvo precavido, rectificó después de cada muletazo y toda su labor resultó muy desvaída. No fue capaz de dominar al toro, ni plantarle cara, y prefirió dar muchos pases sin mando y sin orden. Cuando parecía que el animal había atemperado su casta, el torero se acopló en una tanda con la derecha, y entonces llegó el derrote y la cogida.

Escolar / Fernández, Ramos, Padilla

Cinco toros de José Escolar (tres fueron rechazados en el reconocimiento), el 3º, devuelto; bien presentados, a excepción del 1º; mansos, inválidos y de mala clase; el 6º y el sobrero, del Marqués de Albacerrada, bien presentados, mansos y deslucidos. Fernández Meca fue cogido en su 1º. José Ignacio Ramos: dos pinchazos y estocada (silencio); estocada baja (ovación con algunas protestas); pinchazo perpendicular y un descabello (silencio). Juan José Padilla: pinchazo, media estocada -aviso-, un descabello y el toro se echa (silencio); casi entera atravesada, cinco descabellos y estocada caída (silencio); estocada baja (silencio). Enfermería: José Ignacio Ramos sufrió una herida en el tercio medio de la cara interna del muslo derecho con una trayectoria de 15 centímetros, que causa destrozos en el vaso interno y recto anterior con contusiones de los vasos femorales. Pronóstico menos grave. Plaza de Las Ventas, 5 de junio. 23ª corrida de feria. Más de tres cuartos de entrada.

Ahí se acabó el festejo. El resto fue un mano a mano entre Ramos y Padilla, y entre ellos dos y los toros compusieron una tarde más de aburrimiento a causa, fundamentalmente, de la invalidez, la mansedumbre y la mala clase de los ejemplares de José Escolar, que tampoco aportaron ni un grano de arena a la supuesta semana torista de final de feria. Toros astifinos, pero ayunos de fuerza, de bravura y de casta, y con exageradas dosis de aspereza y malas ideas en sus embestidas. Ni los de Escolar ni los dos de Albacerrada permitieron el más mínimo lucimiento en otra tarde para el olvido.

El burgalés José Ignacio Ramos cuenta con escasas oportunidades, y las que se le presentan no son peritas en dulce, precisamente. Tras matar al que hirió a Fernández Meca, se las vio y deseó con un lote imposible, lo que no fue óbice para que, al menos, demostrara que es torero valiente, de voluntad decidida y sinceros deseos de abrirse camino. Banderilleó con desigual fortuna, y se ganó una espectacular voltereta sin consecuencias en su primero cuando intentaba pasarlo de muleta con la mano derecha. Era un toro difícil, que lo medía constantemente y que hizo todo lo posible para volver a levantarle los pies del suelo. En el otro, muy parado, lo capoteó con decisión a la verónica y ahí se acabó la historia de un buey de carretas.

Y Padilla no tuvo una tarde afortunada. En su haber, un poderoso par de banderillas al cuarto y unas verónicas al sexto. El resto fue el naufragio cantado de un torero de escasos recursos y nula estética. A su primero lo citó siempre fuera de cacho y con la muleta retrasada; en el cuarto, muy deslucido, protagonizó un mitin con el descabello, y en el último, muy manso, no le permitieron que banderilleara y su labor fue breve, cosa que agradeció el público, que abandonó a oleadas la plaza antes de que el toro cayera definitivamente.

Fernández Meca, ayer, durante su cogida en Las Ventas.
Fernández Meca, ayer, durante su cogida en Las Ventas.MIGUEL GENER
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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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