Pensiones inciertas
En los últimos días hemos asistido a la reapertura del debate del futuro del sistema público de pensiones en nuestro país, enmarcado en una reunión informal de los colectivos integrantes del Pacto de Toledo. En ella se ha tratado la posibilidad de ampliar de 15 años a toda la vida laboral el cómputo de cotizaciones a la Seguridad Social que se incluyen por parte del trabajador para el cálculo de la prestación por jubilación.
Nuestro país es el único en Europa que todavía no ha realizado dicho cambio, que, aunque es beneficioso para las arcas públicas, conlleva un peaje social. Bien es cierto que la incertidumbre generada acerca de la sostenibilidad del sistema público de pensiones a largo plazo, como así lo subraya la OCDE, pone de manifiesto un problema común, compartido por todos los países europeos. Se necesita abordar medidas estructurales de índole laboral y financiera con relativa urgencia, para mantener ese pilar del bienestar social conseguido en las últimas décadas.
Conviene fortalecer y potenciar el desarrollo de un sistema privado y complementario a las pensiones públicas
Una de esas medidas consiste en fortalecer y potenciar el desarrollo de un sistema privado y complementario a las pensiones públicas; por ejemplo, a través de las recientes mejoras fiscales de las deducciones por la contribución a planes de pensiones para empresas y particulares en sus respectivos y principales impuestos, de sociedades y de la renta.
En nuestra opinión, además de las actuaciones lanzadas desde los poderes públicos, las entidades financieras y la oferta de servicios de ahorro-previsión ofertados por las mismas deben complementar el objetivo de mantener el poder adquisitivo y riqueza deseada al llegar la jubilación de ahorradores y unidades familiares. Para ello, la disposición de servicios de asesoramiento globales para orientar y satisfacer a sus clientes en sus preferencias, requerimientos y necesidades futuras a largo plazo se tornan imprescindibles en este nicho de servicio-mercado, con un amplio número de clientes potenciales listos para ser complacidos.
Sebastián Larraza Sola y Alberto Ruiz Rodríguez son, respectivamente, analista y socio de Analistas Financieros Internacionales (Grupo AFI).
