Los Piratas buscan la simplicidad del sonido en su disco 'Relax'
El quinteto vigués Los Piratas actuó anoche en la sala La Riviera de Madrid como parte de la gira de presentación de su sexto álbum, Relax. El grupo cifra su modo de entender el negocio, según su cantante, Ivan Ferreira, en establecer el equilibrio entre producción y ventas. "Ésa es la fórmula. Si el presupuesto se equilibra con un disco que va a vender sólo 3.000 copias, puedes incluso ganar dinero. El problema de la industria es que siempre quieren que vendas tres millones y nadie vende ya en ninguna parte esa cantidad".
Relax, producido por Suso Saiz, es un disco que, contra el concepto de superutilización de las máquinas que imperó en su anterior álbum de estudio, Ultrasónica, opta por el minimalismo y la economía llevada hasta sus últimas consecuencias: "Hemos elegido los elementos más simples para tratar de contar nuestra propia historia. Que sonara como en directo y, a la vez, como muchos artistas muy diferentes. Sin buscar un estilo concreto, sino más bien sonoridades. Y coger nada más el momento bueno de cada canción".
Ferreira, quien forma Los Piratas junto a los guitarristas Paco Serén y Fon Román, el bajista Pablo Álvarez y el batería Hal 9000, opina que las nuevas canciones del grupo -Ansiedad, Inerte, Audrey o Tío vivo- sirven como ejemplo para dejar zanjada la polémica de la electrónica aplicada a la música. "Un secuenciador o un sampler pueden ser igual de eléctricos que una guitarra. Aunque pienso que en España todavía no los sabemos usar". El tono relajado del disco no enfría, para su solista, la atmósfera de unas canciones que contrasta con la tensión caliente de viejos éxitos del grupo, como las apasionadas Mi coco, Matadero clandestino o la irónica Años 80: "Al contrario. Creo que es el más cálido de todos nuestros discos".
