El gol más viejo
Tras el palo, la zanahoria. Javier Irureta volvió a sacar ayer la balanza de premios y castigos para otorgar a Donato un regalo que nadie esperaba. Sólo 15 días después de pedir al club que lo multase por ausentarse del viaje a Mallorca, donde no iba ser titular, Irureta alineó al brasileño en La Rosaleda. Donato retornó como un amuleto: no iban ni 12 minutos cuando acudió al reclamo de un córner en el área rival y cabeceando casi de espaldas a la portería desempaquetó el partido. Era el gol de un tío de 40 años, el goleador más viejo de la Liga.
En el banquillo, Irureta ni se inmutó. Siguió mascando chicle, con gesto serio, como si nada.La imagen tenía mucha enjundia para el deportivismo. Nadie olvida que Donato fue el autor, hace tres años, de un gol decisivo para conquistar el título en el último partido de Liga ante el Espanyol. Hablan las meigas.
Coincidencias al margen, el gol tuvo el sabor sentimental de una reconciliación.