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LA HERENCIA | ELECCIONES 25M | Cuaderno de campaña

Una hipoteca desbocada

La deuda pública se ha multiplicado en ocho años

Eduardo Zaplana asumió la presidencia de la Generalitat en julio de 1995 y trasladó una consigna a sus colaboradores: "¡Qué se note!" Las expectativas electorales del PP en España eran buenas, el partido del gobierno vivía entonces en "estado de gracia", según el propio Zaplana.

Su equipo asumió la tarea y optó por no reparar en gastos para lanzar la Comunidad Valenciana hacia el liderazgo de la Unión Europea. Se crearon empresas públicas, la mayoría destinadas a impulsar proyectos relacionados con el ocio y el turismo. Y se aceptó sin miramientos la dimisión del interventor de la Generalitat, el alto funcionario que debe velar por la calidad de las cuentas.

La ingeniería financiera permitió afrontar planes millonarios de inversión en las universidades públicas; el desfase del gasto farmacéutico se cubrió trasladando gasto corriente a deuda a largo plazo; y los proyectos emblemáticos adquirieron carácter prioritario.

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El gasto público se ha desbocado durante los últimos años más por una cuestión de talante que por una apuesta por determinadas inversiones. Como resultado, el próximo presidente de la Generalitat asumirá cuando acceda al cargo una hipoteca cuyo capital se ha multiplicado a lo largo de los últimos ocho años y que restringirá en buena medida su capacidad de maniobra.

La deuda de la Generalitat sumaba 6.870 millones de euros a finales del año 2002, según datos del Banco de España. A finales de 1998 sumaba 4.125 millones. A finales de 1995, 2.656.

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El aumento del capital inicial de la hipoteca que comparten todos los valencianos ha desbordado el crecimiento de las obligaciones de cualquier otra comunidad autónoma en el mismo periodo. La deuda representaba a finales de 2002 más del 10% del producto interior bruto de la Comunidad Valenciana, otro índice sin parangón en el resto del Estado.

El responsable de Hacienda celebra la paulatina bajada de los porcentajes de crecimiento de la deuda, pero corresponde al próximo presidente de la Generalitat invertir la tendencia.

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