Unos juegos olímpicos especiales
Valencia acoge un campeonato nacional de atletismo con casi 400 deportistas con algún tipo de discapacidad psíquica
No se trata de unos juegos olímpicos normales, ni de competir por la gloria deportiva. No hay estadios llenos de espectadores, ni miles de periodistas en busca de las estrellas. No se trata de seguir el famoso lema de citius, altius, fortius. Y no hay récords de ningún tipo ni marcas para la historia. Pero el VIII Campeonato de atletismo Special Olympics que se disputa en Valencia desde ayer y hasta mañana domingo tiene algo de especial, una motivación extra en los deportistas y un mérito añadido a su participación. Los deportistas sufren problemas psíquicos importantes, desde la esquizofrenia hasta el síndrome de Down, y sin curación. Y ahí están, enfundados en sus chándals y esperando el momento de salir a la pista.
"No organizamos estos juegos para competir, sino para integrar a los chicos en la sociedad, para normalizar a través del deporte", explica Enric Blesa, director de Special Olympics en España. Esta organización fue fundada en 1968 por Eunice Kennedy, su actual presidenta de honor, y fomenta "la integración y el desarrollo de las personas con retraso mental" mediante la práctica del deporte especializado y adaptado en 24 disciplinas. En España la organización nació en 1990, cuenta con 16.000 atletas, celebra cuatro campeonatos al año (baloncesto, atletismo, fútbol sala y natación) y juegos nacionales cada cuatro años. Este verano, del 21 al 29 de junio, 107 deportistas españoles acudirán a los juegos mundiales de verano en Irlanda. "En contra de lo normal, premiamos el esfuerzo, no sólo la victoria, como hace la élite", cuenta Enric Blesa, "por eso todos los participantes tienen medalla, aunque tarden siete minutos en correr los 100 metros. Hay medallas de oro, plata y bronce, pero también sólo por hacer deporte". Las pruebas se disputan en las pistas de atletismo de la Universidad Politécnica de Valencia.
Los juegos están reconocidos por el Comité Olímpico Internacional, por lo que en la ceremonia inaugural, que se celebró ayer, se utilizaron los símbolos olímpicos, se encendió el pebetero con una antorcha que el día anterior recorrió las calles de Valencia y los atletas desfilaron con las banderas de sus respectivas comunidades.
En el campeonato participan unos 400 deportistas -casi la mitad son de la Comunidad Valenciana-, 95 entrenadores y delegados, y 150 voluntarios, y se han establecido cinco categorías en función de la edad: mínimos (de 8 a 11 años); infantiles (de 12 a 18); juveniles (de 16 a 21); absolutos (de 22 a 29) y los seniors, a partir de los 30 años.
A Valencia han acudido deportistas de 14 comunidades autónomas, que participarán en diez modalidades diferentes: carreras de 100 hasta 3.000 metros, relevos, salto de longitud y lanzamiento de peso, además de las pruebas adaptadas de marcha y marcha asistida, salto sin carrera, lanzamiento de softball (un peso más ligero de lo habitual), carrera en silla de ruedas y carrera de 25 y 50 metros lisos. Los juegos tienen como mascota desde la edición de 1992 en Barcelona a Carlota, una tortuga que simboliza "el esfuerzo paciente y la constancia por conseguir el objetivo".
Un objetivo que no es el récord del mundo, ni llenar un estadio, ni salir en la televisión, sino sólo participar.
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